Es común escuchar a los guatemaltecos preguntarse la razón del “porqué estamos como estamos en Guatemala”, al leer que Guatemala está dentro de los primeros cinco países del mundo con mayor violencia y, dentro de los dos últimos lugares del mundo, en desarrollo. Guatemala es un país subdesarrollado y fallido. La luz se ve muy lejana.
Gustavo A. Montenegro y otros autores nos dicen que el gobierno del doctor Juan José Arévalo Bermejo, Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación, dio un impulso fuerte al desarrollo en Guatemala, siendo el Presidente Constitucional en el período 1945-1951. Se produjeron cambios sociales positivos de gran importancia en la vida de los guatemaltecos.
Su filosofía de un Socialismo Espiritual también conocida como Arevalismo fue en parte el motor de la creación del Ministerio de Trabajo, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), las Escuelas Tipo Federación, la popular Colonia El Maestro (un conjunto de casas donadas por el gobierno a los profesores de Guatemala), etc. El Socialismo Espiritual se consideró una especie de comunismo, por lo que su gobierno no simpatizó con los gobiernos de derecha de la época.
Faltaba aún realizar la Reforma Agraria y mejorar las condiciones de vida de los campesinos. El trabajo de evolucionar el desarrollo lo siguió el próximo Presidente Constitucional de Guatemala, el coronel Jacobo Árbenz Guzmán, lo que no le gustó a la derecha recalcitrante (que sigue gobernando), ni al arzobispo metropolitano, Mariano Rosell y Arellano, quien difundió una carta pastoral contra el comunismo, cuyo texto, según el historiador Rubén López Marroquín, tenía el visto bueno de la CIA.
El detonante de la agresión fue la expropiación, en 1952, de tierras ociosas a la United Fruit Company, a la cual se le pagó de acuerdo al valor declarado en las escrituras, mucho menor al valor de mercado. La UFCO exigía una indemnización de 15 millones de dólares, que Árbenz se negó a dar.
Allen Foster Dulles, director de la Central de Inteligencia Americana, CIA, se encargó personalmente de conducir la operación PBSuccess (Éxito) que consistía en dar apoyo armado a los sediciosos del Ejército de Liberación, cuyo cabecilla era el traidor Carlos Castillo Armas. Organizaron estrategias de propaganda y cabildeo a nivel internacional para señalar a Guatemala como un país comunista. El fin lo logró la UFCO quedándose hasta la fecha con el recurso (grandes extensiones de tierra) casi regalado.
Con discursos por radio en los que llamaba a la resistencia contra la invasión, el coronel Jacobo Árbenz Guzmán, electo popularmente en 1951, trató de detener la agresión armada iniciada diez días antes desde Honduras por un pequeño grupo de paramilitares traidores apoyados por los Estados Unidos. Así trató de persuadir al Ejército y a la población de lo que ocurría. Influida por el CACIF, la población desoyó el llamado de su Presidente y el Ejército se volcó contra los intereses de su nación.
Por eso Guatemala está como está: En pleno subdesarrollo y con una violencia creciente.