¿Patriota o traidor?


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Qué persona, hombre o mujer, no tiene dentro de su conciencia, de su mente, claro el concepto de lo que es un patriota o un traidor. Sin importar qué argumentos, adornos o subterfugios se puedan utilizar, las acciones o hechos de lo que implica el ser patriota o el ser traidor son claros, específicos y concretos.

Judas es sinónimo de traidor, Leónidas de patriota y de igual manera en la historia mundial y en la historia de cada país, los procederes y actuares han determinado quién merece el calificativo de patriota o de traidor.

Juan Francisco Reyes
jfrlguate@yahoo.com


El himno de Guatemala, que desde muy niños aprendemos, nos da un claro criterio de lo que debe ser nuestro actuar. ¿Quién no comprende perfectamente el texto del himno? Repitamos su primera estrofa ¡Guatemala feliz…! Que tus aras no profane jamás el verdugo; ni haya esclavos que laman el yugo ni tiranos que escupan tu faz. Si mañana tu suelo sagrado lo amenaza invasión extranjera, libre al viento tu hermosa bandera a vencer o a morir llamará. El texto confirma los conceptos de un patriota o de un traidor.

Al general Francisco Morazán se le reconoce que murió defendiendo la unión centroamericana, al general Justo Rufino Barrios se le dignifica principalmente por la misma razón, haber muerto en Chalchuapa tratando de engrandecer la patria grande.

Por el contrario, no encuentro en la historia o en la memoria que se pueda justificar y llamar patriota a alguien que ponga en peligro los principios que conlleva el patriotismo; es decir, las acciones que sirven para demostrar el amor que uno tiene hacia su país. Ningún patriota puede aceptar que se mancille la bandera nacional, que se menoscabe el himno nacional o que no se defienda y apoye la conservación del territorio de nuestro país.

La reciente visita a Guatemala del secretario general de la Organización de Estados Americanos, OEA, José Miguel Insulsa, cuya fotografía se publicó en los medios acompañado de los cancilleres Harold Caballeros y Wilfred Erlington de Guatemala y Belice, respectivamente, preocupa, ofende, especialmente cuando se indica que la presencia es para convocar a un referéndum el 6 de octubre de 2013, donde las poblaciones de ambos países se manifestarán si aprueban que para resolver el diferendo territorial ambos gobiernos llevarán a la Corte Internacional, con sede en La Haya, el tema para que este organismo resuelva y previamente Guatemala y Belice se comprometen a aceptar el fallo independientemente de cuál pueda ser el mismo; es decir, sin conocerlo.

El planteamiento de esta consulta es inconstitucional por cuanto la Constitución establece en el título romanos VIII: Disposiciones transitorias y finales, capítulo único, artículo 19: “Belice. El Ejecutivo queda facultado para realizar las gestiones que tiendan a resolver la situación de los derechos de Guatemala respecto a Belice, de conformidad con los intereses nacionales. Todo acuerdo definitivo deberá ser sometido por el Congreso de la República al procedimiento de consulta popular previsto en el artículo 173 de la Constitución”.

El precepto citado es concreto y específico: “Todo acuerdo definitivo”… deberá ser sometido… a consulta popular”, este no es el caso de lo que se pretende llevar a consulta. Equivocarse implica históricamente convertirse en patriotas o traidores, distinto sería si la resolución de la Corte Internacional fuera lo que una vez obtenida se sometiera a consulta. La historia no perdonará al Presidente y Vicepresidenta, al canciller y los diputados, dependiendo de su proceder y actuar quedarán plasmados en la historia por el tema de Belice como patriotas o traidores.

¡Guatemala es primero!