Iowa: la llave de sueños o pesadillas


Barack Obama (D), candidato demócrata para la Presidencia, se presentó en un programa de televisión en Iowa, estado clave para las aspiraciones a la primera magistratura de Estados Unidos.

Una vez más, 53 dí­as antes de sus legendarias elecciones primarias, el insulso estado norteamericano de Iowa luce como un posible cementerio polí­tico para algunos candidatos presidenciales y como el catalizador de los sueños de otros aspirantes a la Casa Blanca.


Con una población casi exclusivamente blanca dispersa en pequeñas ciudades y extensas praderas, el estado del medio-oeste no es precisamente un microcosmos del sincretismo cultural y la mezcla racial de Estados Unidos.

Pero juega un rol desproporcionado en la selección de los candidatos a presidente estadounidense, gracias a su celosamente guardado honor de hospedar la primera contienda partidaria.

El sistema electoral norteamericano requerirá que los votantes se enfrenten al gélido invierno el 3 de enero de 2008 para apoyar a su candidato favorito.

Y los aspirantes soportan largas giras en bus e interminables reuniones en salas de estar y cafeterí­as para hacerse de un puñado de votantes.

Además, en Iowa las reglas polí­ticas normales no aplican: un sorpresivo segundo lugar puede significar más que una victoria más estrecha de lo previsto.

Barack Obama y John Edwards, que compiten con Hillary Clinton en una tensa y difí­cil carrera por la candidatura demócrata, saben que lo que suceda en Iowa puede ser un disparador de sus esperanzas o puede acabar con ellas de un plumazo.

«Si no te va bien en Iowa, vas a tener problemas para luego emparejarte», dijo Obama a la televisión pública del estado el viernes.

Edwards ha estado compitiendo por la Casa Blanca casi constantemente desde 2003. Con su esposa Elizabeth batallando contra un cáncer incurable y sus encuestas en franco declive, sabe que dentro de sólo siete semanas Iowa puede acabar con una carrera que alguna vez fue promisoria, o relanzarla.

«La mayor parte del paí­s nos verá en apariciones televisivas de 30 segundos. Tú no. Tú nos verás cerca, en la sala de tu casa», dijo Edwards el sábado a 9.000 demócratas en una cena del partido.

Mientras una derrota en Iowa acabarí­a con Edwards y Obama, Clinton espera lanzar allí­ una imparable carrera que la llevarí­a a vencer en otros estados donde lidera claramente las encuestas.

«Si Hillary Clinton gana en Iowa y luego gana en New Hampshire, parece bastante seguro que ganará la candidatura» demócrata, dijo Cary Covington, profesor de la universidad de Iowa.

«Si resulta segunda o tercera en Iowa, puede absorber eso y aún competir», agregó.

Pero el estado también es crucial para los republicanos, puesto que es la primera cita de Mitt Romney, ex gobernador de Massachusetts que lidera las encuestas en Iowa, con los votantes nacionales.

Por su lado el ex pastor bautista Mike Huckabee espera utilizar el estado, donde ha llevado a cabo una larga estrategia, para catapultarse desde el anonimato como un legí­timo contendiente.

Una encuesta reciente de RealClearPolitics.com dio a Huckabee el 15% detrás de Romney, con el 29%.

Y finalmente el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, observado con cautela por la derecha cristiana, tiene bajas expectativas en Iowa, pero un resultado sorpresivamente bueno podrí­a ayudarlo a obtener registros positivos en otros estados favorables.

«Para Giuliani el segundo lugar serí­a una victoria», dijo Steffen Schmidt, profesor de ciencias polí­ticas de la Iowa State University.