Se cumplen treinta años de la captura ilegal y desaparición forzada e involuntaria (crimen de lesa humanidad) de dirigentes estudiantiles, miembros del Secretariado de la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) de 1984.
El 14 de mayo de ese año, Manuel Alfredo Baiza, del secretariado AEU 1978, miembro de la agrupación FRENTE, es secuestrado y desaparecido junto a María Magdalena y María Florencia Tobar Lima. Según el “Diario Militar” el 1 de agosto de 1984 fue ejecutado junto con varios líderes estudiantiles. El 15 de mayo es capturado y desaparecido Carlos Ernesto Cuevas Molina, estudiante de Sociología, Presidente del Comité Ejecutivo de la AEU. El mismo día son capturados y desaparecidos Otto René Estrada Illescas, estudiante de Ciencias Económicas, miembro del Sindicato de Trabajadores de la USAC (STUSC) y del Comité Ejecutivo de AEU y Rubén Amílcar Farfán, estudiante de Humanidades, miembro del Comité Ejecutivo AEU, trabajador de la Editorial Universitaria y delegado en el Consejo de Representantes del Sindicato de la USAC. El 19 de mayo es desaparecido Sergio Leonel Alvarado Arévalo, estudiante de Ciencias Económicas y miembro del Comité Ejecutivo AEU. El 21 de mayo son capturados y desaparecidos Gustavo Adolfo Castañón Fuentes, Irma Marilú Hichos Ramos y Héctor Alirio Interiano, miembros del Comité Ejecutivo AEU.
Todas las personas mencionadas fueron capturadas por fuerzas de seguridad de la dictadura militar contrainsurgente. Nunca aparecieron sus cuerpos. Como resultado de este golpe, el resto de 1984 y durante 1985 y 1986, no hubo ninguna estructura de dirigencia en AEU.
Los sobrevivientes de esa generación organizaron un homenaje en el Centro Cultural Universitario, en el que participé como expositor en el foro “La AEU: represión, resistencia y dignidad en la historia de Guatemala”. Participaron también, Claudia Flores, Mariano Garrido, Luis Felipe Irías, Fernando Solís, Víctor Gudiel y estudiantes de Ciencias Políticas.
Otros hechos relacionados con la represión contra la dirigencia de AEU en 1984, ocurrieron el 4 de abril de 1985, ese día, ejecutaron a dos dirigentes del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM): Héctor Gómez Calito y María del Rosario Godoy de Cuevas, esposa del dirigente de AEU Carlos Cuevas, desaparecido en 1984. María del Rosario fue ejecutada junto a su hermano, Maynor René y su pequeño hijo Augusto Rafael, de apenas dos años de edad.
Algunos mentecatos e indoctos de este país gritan con vehemencia ¡hay que olvidar el pasado!, negando que sí hubo genocidio en contra de pueblos originarios; esta gavilla, el Gobierno oligárquico militar, los grupos fácticos de las élites económicas, militares violadores de Derechos Humanos, 87 diputransas del Congreso Nacional y una docena de intelectuales orgánicos de la derecha contrainsurgente, integran el coro de embusteros que a la usanza del fascismo hitleriano personificado en Goebbels, se empeñan en mentir e imponer a la fuerza y sinrazón, la tesis de que durante el conflicto armado interno no hubo intención deliberada de eliminar a ningún grupo étnico nacional.
Estos pobres diablos se lanzan al agua sin saber nadar, es decir, repiten como loros (disculpas por la falta de respeto a esa simpática ave al compararla con esta gentecilla) un discurso carente de razón, con ausencia de argumentos convincentes, pero sobre todo, desprovisto de consistencia legal, debido a que contraviene normas nacionales e internacionales de derecho positivo, viola Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario. Hasta se atreven a condicionar a los administradores y operadores de Justicia. ¿Olvidar el pasado?, como dijo un cuate, ¡Puta muchá, qué descaro!