Investigadores apuntarán al írtico


Año polar. Los investigadores dedicarán el 2007 a tratar de entender los misterios de los polos.


Investigadores de unos 60 paí­ses intentarán en 2007 comprender mejor los polos en su primer «año polar internacional» desde los años 50, marcado esta vez por el fantasma del cambio climático.

Los especialistas en el írtico y la Antártida podrán disfrutar de un incremento en sus presupuestos en los próximos años debido al Año polar internacional (API), un amplio programa que permitirá inyectar casi 440 millones de dólares en la investigación de temas polares.

Es la cuarta vez que se celebra el año polar internacional (tras 1882-83, 1932-33, 1957-58), pero es la primer vez que se inscribe en el contexto del cambio climático.

«Aproximadamente 60% de lo que sabemos sobre las regiones polares, en particular sobre el írtico, se debe al esfuerzo de investigación efectuado en 1958. La diferencia hoy es que el nuevo año polar se inscribe en un contexto de calentamiento climático», explicó Louis Fortier, director cientí­fico de ArcticNet, red canadiense de investigación sobre el írtico.

Con un aporte de 129 millones de dólares, Canadá es el principal contribuyente del API, seguido por los paí­ses escandinavos y Estados Unidos, cuya contribución se estima que rondará los 51 millones de dólares.

«El objetivo de Canadá con este programa es invitar a los investigadores extranjeros al írtico canadiense. Poseemos más de un tercio del írtico. Y la porción ártica de Rusia es mucho menos accesible», añadió Fortier.

Los especialistas en el írtico, región actualmente considerada «barómetro» de los cambios climáticos, se limitaban en el pasado a observaciones biológicas, fí­sicas o geográficas, mientras que este año se considerará el impacto humano de las variaciones climáticas.

«La otra diferencia, en relación a los otros años polares, es la inclusión explí­cita de la dimensión humana en la investigación», destacó David Hik, especialista del írtico en la universidad de Alberta.

«Es difí­cil investigar como investigábamos hace 50 años. La ciencia debe tener en cuenta poblaciones del Norte, incluirlas, de manera que puedan beneficiarse de la investigación durante el año polar internacional», dijo.

Los inuit también han colaborado.

«Antes, los inuit eran objeto de investigación, ahora ellos quieren ser socios de la investigación», destacó Fortier.

Poco más de 150 mil inuit viven repartidos entre Alaska, Canadá, Groenlandia, Escandinavia y Rusia, territorios que rodean el írtico. Y organizaciones como la Conferencia Circumpolar Inuit ya confirmaron su participación en este año polar.

La mayorí­a de los proyectos de investigación deben ser aprobados por los diferentes paí­ses antes que en marzo comiencen las primeras observaciones, que se escalonarán durante dos años.

«Necesitamos dos años para recolectar la información. En cuanto a los resultados, no estarán disponibles antes de 2009-2010», explicó Kathleen Fischer, directora del programa canadiense para el API.

Y los investigadores confí­an también en dejar un legado.

«Una de las herencias será la formación de una nueva generación de especialistas en los polos en todo el mundo. En Canadá, eso implica alentar a los jóvenes del norte a entrar en ese territorio de investigación», confió Hik.