Ahora que se aprobó la nueva Ley de Inversiones Público Privadas, el IGSS vuelve a considerar la necesidad de invertir en negocios de bienes raíces. Pareciera que así como al gobierno de Arzú se le recuerda como el de la privatización, al de Colom se le recordará también como el que permitió que se llevaran a cabo este tipo de inversiones; en donde al final los protegidos serán los capitales privados y los afectados serán como siempre los públicos.
Ojalá me equivoque en el vaticinio y que esto no permita que la corrupción crezca en este país de mayoría pobres; porque vendría a contrarrestar la buena labor de Cohesión Social.
El IGSS debería invertir ese dinero en más hospitales y la compra de medicina de última generación, para combatir el cáncer; y no arriesgar el dinero de nuevo.