Con las ejecuciones extrajudiciales de los tres diputados al Parlacen y su piloto, así como de los cuatro policías, que de victimarios pasaron a ser víctimas, todo sucedido a finales de febrero, y el destape de la olla de grillos acaecido a principios de marzo, todo lo anterior viene a caer como un balde de agua hirviendo sobre nuestras cabezas. Muchos analistas económicos y expertos en mercadeo del turismo se han preguntado ¿por qué la inversión extranjera y también la nacional no aumentan sostenidamente en Guatemala? y ¿por qué el turismo ha tenido más auge en Costa Rica? En materia económica ya no pasamos de promocionar nuestra muy cacareada estabilidad macroeconómica, que por cierto, después de posponer de forma indefinida la reforma tributaria, dicha estabilidad se encuentra sostenida con alfileres. Con respecto al turismo no habrá plan de mercadeo, por muy bien elaborado y ejecutado que esté, que logre resultados positivos, considerando nuestra seguridad ciudadana vigente. Vergí¼enza nos da ver y leer en los medios de comunicación cómo los salvadoreños se burlan y critican nuestra seguridad nacional. Algunas críticas se realizan con el afán de presionar a nuestras autoridades para que se investigue y castigue a los autores intelectuales de los asesinatos, pero las otras, son burlas y van destinadas a deteriorar aun más nuestra imagen negativa que tenemos en el exterior.
No es un secreto que tenemos el último lugar en Centroamérica en cuanto a atracción de inversión extranjera se refiere. Nuestras debilidades se encuentran, principalmente, en tener un costo de energía eléctrica muy caro en relación a nuestros vecinos, mano de obra de baja calificación y en muchos casos desnutrida, alto analfabetismo real y funcional, infraestructura vial, caminos, puertos y aeropuertos insuficientes y de mala calidad, sistema de justicia y de seguridad ciudadana excesivamente deficientes. En cuanto a turismo, debemos mejorar; la infraestructura física, la higiene de todos los establecimientos comerciales que atienden a los turistas, la limpieza de los centros turísticos, la seguridad al turista, como se mencionó anteriormente, deja mucho que desear. No pretendamos entonces que de la noche a la mañana nos caigan, como el maná del cielo, grandes flujos de capitales extranjeros, ni soñemos que el turismo se convierta en un gran dinamizador de nuestra economía. En un mundo global, las noticias llegan en segundos a lugares muy lejanos, y por ello no debería sorprendernos que no solo disminuya el turismo y la inversión extranjera directa de salvadoreños, sino también de europeos, asiáticos y norteamericanos. Lo más trágico de todo es que también la inversión nacional también se verá afectada, pues como hemos visto en las encuestas que realiza el Banco de Guatemala a un grupo de analistas privados, las expectativas de enero fueron muy malas y no se ve que mejoren con el tiempo, los empresarios creen que no es un buen momento para invertir. Esperemos entonces para ver cómo piensan nuestros gobernantes actuales enfrentar lo que nos espera en el corto plazo, y lo más importante, ver qué nos ofrecen nuestros políticos para los próximos cuatro años, mas de lo mismo, no por favor.