Micros y pequeños productores del altiplano se preparan para integrar programas de desarrollo económico y encadenamiento comercial que prometen incrementar 35% sus ventas.
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Los proyectos de desarrollo rural en la zona occidental del país tienen un presupuesto asignado de US$65 millones y estarán dirigidos a una población mayoritariamente indígena, que realiza actividades agropecuarias.
Según Carlos Herrera, viceministro de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (MIPYME), los fondos serán destinados para brindar apoyo y asistencia técnica a los productores que no tienen la capacidad para sistematizar su producción y poseen bajos niveles de productividad.
Asimismo, se tiene planificado la creación de cadenas productivas, con las que se pretende fortalecer los lazos de unidad entre los pobladores, para conformar asociaciones y agrupaciones con mayor capacidad que la producción individual.
Los estudios realizados previos a la implementación de los proyectos apuntan que las condiciones en que se encuentran los productores de esa región tienen un bajo o nulo excedente de producción, lo que impide superarse en el ámbito comercial.
Con el proyecto se facilitará el acceso a microcréditos para fortalecer la producción de alimentos, que es una de las prioridades en el occidente del país, donde se registran los más altos índices de pobreza y miseria.
Herrera indicó que el 93% de los fondos proviene de préstamos otorgados por el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, mientras el 7 por ciento restante de la cooperación sueca.
Desarrollo de infraestructura
Patricia Orantes, secretaria presidencial de programación y planificación de la presidencia, considera que el desarrollo de la infraestructura es la clave para que los productores del altiplano consigan expandir su mercado.
Dentro de los principales obstáculos que se observan en la zona, es la precaria condición de las vías de acceso, ya que la mayoría son de terracería y durante el invierno, intransitables.
Orantes estima que al concluir los proyectos, el 90 por ciento de la población vivirá a menos de un kilómetro de un camino pavimentado, así también tendrá un mayor acceso a telecomunicaciones y energía eléctrica.
«Nos enfocamos donde ya existe dinamismo, los productores ya encontraron las rutas para el desarrollo económico, ahora el Estado está trabajando en proyectos para elevar la competitividad y capacidad de los productores», finalizó Orantes.