Invernal



Aura Marina Castañeda

Llegó el invierno

y cae sobre mi alma

la lluvia pertinaz de la nostalgia.

Llegó el invierno

y el aroma de la tierra humedecida,

me convoca al tiempo que se ha ido.

El sol filtra su claridad entre las nubes

y plateados retazos de agua,

caen en mi rostro.

Se me antoja la caminata del silencio

y avanzo cubierta con humedad de llanto,

sobre las calles.

Y sin embargo, me lleno de luz

las alas de los pájaros se agitan

y cerca de mí­ se entibia su canción.

La brisa se estrella en mis pupilas,

he botado las sandalias del dolor

y recorro descalza

los espejos del tiempo.

Me sube en alegrí­a la humedad,

corto un lucero perdido… en la tarde,

no quiero refugiarme,

alzo los brazos al cielo,

abro mi alma a la vida,

me despojo de tristezas y quimeras.

Bosteza la noche cerca de mí­,

una paloma de luz,

enciende mis esquinas

y miles de párvulos espejos me rodean.

Es que, ha llegado el invierno,

voy forjando en la calle

un suspiro,

y estoy dando a luz para mi vida,

nueva vida de amor y de esperanza,

en cada gota de agua

recibo el beso de Dios.