La construcción de la pista del Gran Premio de Estados Unidos que se disputará el año próximo en Estados Unidos en Austin, Texas, se tuvo que interrumpir debido a diferencias entre la Fórmula Uno, los organizadores de la carrera y los constructores del proyecto.
Esa decisión, aunada al anuncio hecho por la contralora de Texas Susan Combs de que 25 millones de dólares en fondos del estado destinados para el Gran Premio, no se pagarán por adelantado, poniendo en duda la realización de la carrera.
Los encargados del Circuitos de las Américas, entre ellos el multimillonario Red McCombs, indicaron que no reanudarán la construcción hasta que cierren un contrato con la Fórmula Uno para montar la carrera el año próximo.
No ha habido Fórmula Uno en Estados Unidos desde la carrera que se disputó en Indianápolis 2007.