La policía israelí interrogaba este martes al primer ministro Ehud Olmert sobre un supuesto abuso de influencia en la privatización del Banco Leumi hace dos años, un escándalo financiero que sin embargo no pondrá en peligro su permanencia en el poder.
«Olmert es interrogado en su residencia oficial de Jerusalén (…). Es el último que responde a los investigadores del caso del Banco Leumi», declaró a la AFP un portavoz policial, Micky Rosenfeld.
Esta fuente precisó que Olmert había sido advertido de que sus respuestas podrían ser utilizadas en su contra en un eventual proceso, y que el interrogatorio podría eventualmente reanudarse el jueves.
El jefe del gobierno es sospechoso de haber intervenido, cuando era ministro de Finanzas interino, en 2005, en favor de un hombre de negocios australiano, Frank Lowy, inicialmente candidato a la recuperación de una parte del capital de este banco, el segundo en importancia del país.
Finalmente, la licitación fue obtenida por otro candidato que no estaba relacionado con Lowy.
Después de interrogar a Olmert, la policía deberá establecer su informe de investigación. En caso necesario, podría recomendar al procurador del Estado, Menahem Mazuz, quien también es consejero jurídico del gobierno, ordenar una acción judicial.
Según fuentes policiales citadas el martes por el diario Haaretz, será difícil establecer la prueba de una malversación de Olmert, quien afirma «tener las manos totalmente limpias en este caso».
«El primer ministro está seguro de que las conclusiones de la investigación probarán que todas sus decisiones en el marco de este caso fueron de naturaleza puramente profesional», indicó un comunicado de su oficina.
En otras ocasiones, numerosos jefes de gobierno israelíes han sido objeto de investigaciones similares, pero ninguno de ellos tuvo que renunciar.
La popularidad de Olmert, que había caído vertiginosamente en los sondeos debido a su presunta implicación en numerosos escándalos y los errores de la guerra en Líbano a mediados de 2006, ha experimentado un alza espectacular después del ataque de la aviación israelí del 6 de setiembre en Siria.
De acuerdo con los medios de comunicación, la comisión gubernamental de investigación Winograd sobre la guerra en Líbano podría además abstenerse de mencionar en su informe definitivo conclusiones que impliquen personalmente al primer ministro.
El procedimiento exige que Olmert sea advertido previamente de dichas conclusiones para que pueda organizar su defensa, y la comisión preferiría evitar una postergación de la publicación de su informe, esperada a fines de diciembre.
Contrariamente a Amir Peretz y Dan Halutz, respectivamente ministro de Defensa y jefe de estado mayor durante la guerra en Líbano, Ehud Olmert no dimitió.
Actualmente se apoya en una sólida coalición de 78 diputados en un total de 120 en la Knesset (parlamento unicameral), y afirma que quiere permanecer en el cargo hasta el fin de la legislatura, en 2010.
La economía israelí es floreciente, con una tasa de crecimiento de 5,1 % en 2006. El lunes, en el parlamento, dijo que está decidido a «dar un impulso» al proceso de paz con los palestinos, estancado desde hace siete años.