Internautas se mofan de la censura


Los internautas navegan por la web en un café internet en Estambul, donde la censura gubernamental ha prohibido sitios incluyendo YouTube que es uno de los más visitados en Turquí­a.

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<p>En Turquí­a, la censura afecta a centenares de sitios internet considerados obscenos o insultantes, pero los internautas se mofan de ello y superan las prohibiciones con unos clics, por lo que YouTube, prohibido desde hace dos años, es el quinto sitio más visitado por los turcos.</p>
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El acceso a YouTube, famoso sitio de videos, fue prohibido el 18 de septiembre de 2007 por un tribunal de Sivas (este) tras la queja de un particular que denunció la difusión de clips donde se insultaba al fundador de la República turca, Mustafá Kemal Atatí¼rk.

Atatí¼rk (1881-1938), es considerado un héroe por la mayorí­a de los turcos, por lo que los videos quedaron involucrados en una batalla de internautas turcos y griegos a punta de clips.

Las tentativas de conexión a YouTube llevan ahora a una página internet donde se puede leer: «El acceso a ese sitio está bloqueado por decisión de la justicia».

YouTube sigue siendo el quinto sitio más visitado en Turquí­a, según las estadí­sticas de Alexa Internet, un banco de datos sobre la frecuentación de sitios.

En los cafés internet todo el mundo conoce las direcciones que hacen posible acceder sin dificultad a los sitios proscritos.

Con dos o tres movimientos, Mehmet, estudiante de 16 años encontrado en un café internet del Estambul bohemio, muestra como se puede acceder a la página de YouTube.

«Lo aprendí­ con amigos, todos pueden lograrlo», dijo el joven, que considera la censura en internet «carente de sentido e inútil».

La demostración es teórica, pues en el establecimiento un pequeño ajuste de las computadoras posibilita el acceso directo a YouTube.

«La única persona en Turquí­a que no puede ingresar a YouTube es el juez que lo prohibió», bromea el gerente, Cenan Ayaz.

YouTube no es el único afectado por la censura: hasta el 11 de mayo de 2009, 2.601 sitios estaban prohibidos en Turquí­a, entre ellos 81,4% por contenidos de tipo sexual y 8,6% por insulto a Atatí¼rk, según el Instituto de las tecnologí­as de la información y de la comunicación (BTK), citada por el diario Birgí¼n.

Une situación denunciada por los defensores de la libertad de expresión, que se molestan por la poca claridad de la legislación vigente y la opacidad de los procedimientos que llevan a la censura de sitios.

«Al comienzo la ley concerní­a sólo la pornografí­a infantil, pero después agregaron otras cosas, la pornografí­a en general, la apologí­a de la droga y del suicidio, los insultos a Atatí¼rk y las apuestas en lí­nea… Crearon una especie de Frankenstein legislativo», consideró í–zgí¼r Uí§kan, especialista en nuevos medios de la universidad de Bilgi, en Estambul.

Para ambos militantes, la falta de respeto generalizado a la censura por parte de los internautas, –incluso el Primer ministro Recep Tayyip Erdogan admitió el año pasado que entró a YouTube, según la prensa — no es una solución a lo que consideran una violación de sus derechos.

«Como todo el mundo puede entrar (a los sitios prohibidos), la gente se acostumbra y no se da cuenta de la realidad de la censura», afirmó Deniz. Y por eso «tal vez serí­a mejor que nadie pudiera acceder», agregó.