Intentan difundir terror con granada de fragmentación


Una granada de fragmentación fue utilizada para generar pánico entre los transeúntes que caminaban frente a un concurrido centro comercial. Sin embargo, expertos estiman que el artefacto no hubiese explotado. FOTO LA HORA: ARCHIVO

Una granada PRB-7 fue puesta en plena ví­a pública; según expertos, ésta no tení­a previsto explotar, pero su intención habrí­a sido provocar el pánico de los transeúntes.

Mariela Castañon
lahora@lahora.com.gt

Esta mañana fue hallada, a inmediaciones de un conocido centro comercial ubicado en la zona 18, una granada atada a un hilo, la cual estaba lista para ser detonada; elementos castrenses afirman que ésta pudo causar únicamente impacto psicológico, pues carecí­a de explosivo.

Amí­lcar Montejo, intendente de la Policí­a Municipal de Tránsito (PMT), afirmó que a las 07:34 se originó el hallazgo. Se calcula que en promedio unas diez personas se movilizan en el lugar cada cinco minutos; pese a ello, ninguno habí­a observado el artefacto.

Un vecino del lugar que se desplazaba observó detenidamente el artefacto; fue cuando dio aviso al agente de turno de la PMT, quien inmediatamente notificó a los miembros de las fuerzas castrenses y de la Policí­a Nacional Civil (PNC).

Agentes policí­acos y miembros del Ejército recogieron el artefacto, para su respectiva verificación, pues temí­an fuera detonada.

IMPACTO PSICOLí“GICO

Según Byron Gutiérrez, vocero del Ejército, se determinó que se trataba de una granada PRB-7, la cual estaba pegada a un paredón.

El funcionario afirmó que si la detonación se hubiera suscitado, únicamente habrí­a causado impacto psicológico, pues carecí­a de explosivo.

Gutiérrez informó que la granada fue entregada a la subestación de la Policí­a Nacional Civil (PNC) de la zona 18, luego de la verificación realizada.

Las fuerzas de seguridad, tras el hallazgo, realizaron un rastreo para buscar explosivos que podrí­an ser una amenaza para la seguridad de las personas.

INTIMIDACIONES

Una fuente policí­aca indicó que esta vez se trató de una falsa alarma, pero en ocasiones anteriores los explosivos sí­ han sido detonados.

A decir de los agentes, las comisarí­as y serenazgos ubicados en este sector son puntos vulnerables, donde constantemente arrojan granadas.

Las fuerzas de seguridad atribuyen las intimidaciones y las «falsas alarmas» a pandilleros que operan en el sector, que buscan desestabilizar a los vecinos y causar temor, esto luego de actividades policí­acas que les afectan directamente.

Por su parte, los ciudadanos que residen en esta zona, solicitan mayor seguridad, pues los asaltos, robos y extorsiones persisten.