Los negociadores afganos y surcoreanos trataban hoy de lograr un acuerdo con los talibanes para salvar la vida de los 22 rehenes surcoreanos, antes de que expirase el ultimátum fijado por los insurgentes.
«Las negociaciones continúan. Nosotros somos optimistas en lo que respecta a un desenlace positivo. Estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para resolver esta cuestión antes de las 13H00 (08H00 GMT) de hoy», declaró a la AFP Alishah Ahmadzai, el jefe de la policía de la provincia de Ghazni (a 140 km al sur de Kabul), donde se encuentran secuestrados estos surcoreanos.
Los talibanes, que postergaron su ultimátum en cuatro oportunidades, dieron el jueves al gobierno afgano un plazo hasta el viernes al mediodía (07H30 GMT) para aceptar un trueque de prisioneros y salvar a los 22 surcoreanos, retenidos como rehenes desde hace una semana.
El viernes por la mañana no fue posible lograr una comunicación con el portavoz de los talibanes, Yusuf Ahmadi.
Uno de los rehenes, un pastor de 42 años, fue asesinado el miércoles, y su cadáver acribillado a balazos será repatriado a Corea del Sur.
El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, había jurado que ya no habría intercambios de prisioneros después del que permitió la liberación de un rehén italiano, el periodista Daniele Mastrogiacomo, en marzo pasado.
Cinco jefes talibanes, incluyendo a un comandante vinculado a Al Qaeda, Mansur Dadulá –hermano del mulá Dadulá, el principal jefe talibán que mataron las fuerzas aliadas en mayo pasado– habían sido liberados en el marco de este truque, que provocó una fuerte polémica porque los dos guías afganos del periodista italiano fueron asesinados.
Corea del Sur envió el jueves de urgencia a Kabul a un alto funcionario para «concertaciones más estrechas con el gobierno afgano». Una delegación surcoreana se encontraba en Ghazni, donde las negociaciones con los talibanes se llevan a cabo a través de los jefes tribales y religiosos.
El estado de salud de los rehenes causa preocupación. Una mujer que se presentó como cautiva, Yo Cyun-ju, afirmó que muchos de ellos estaban enfermos y necesitaban medicamentos, en una conversación telefónica organizada con los medios de comunicación por un comandante talibán.
Los surcoreanos, miembros de la Iglesia presbiteriana Saem-Mul de unos 20 y 30 años, fueron secuestrados cerca de Qarabagh cuando circulaban en un autocar privado a lo largo del eje Kabul-Kandahar (sur), en las zonas bajo control de los insurgentes.
Se trata del grupo de extranjeros más importante secuestrado en Afganistán después de la caída del régimen fundamentalista de los talibanes, a fines de 2001.
Por otra parte, los talibanes tienen en su poder a un ingeniero alemán y a cuatro de sus colegas afganos, secuestrados el 18 de julio en la provincia de Wardak (a 100 km al sur de Kabul), y por los cuales también exigen un intercambio de prisioneros. Los rebeldes indicaron que este ingeniero estaba «muy enfermo».
Otro alemán secuestrado con ese grupo fue encontrado muerto el domingo y su cadáver será sometido a una autopsia esta semana en Alemania para determinar la causa de su muerte. Los talibanes dijeron que lo habían ejecutado, pero podría haber muerto de una crisis cardiaca antes de que le disparasen, según las autoridades alemanas y afganas.