Los líderes de la Unión Europea lanzan hoy en Bruselas una cumbre cuyo objetivo principal es convertir al bloque en abanderado de la lucha contra el cambio climático, aunque para ello deberán superar diferencias sobre su compromiso en materia de energías renovables y el papel del nuclear.
«Cuanto más capaces seamos de dar un buen ejemplo, más posibilidades tendremos de convencer a los otros. Europa no puede entrar sola en esta batalla, es una lucha global y necesitamos la contribución de todos», indicó la canciller alemana íngela Merkel, cuyo país ejerce la presidencia de la UE, al resumir el desafío de la cumbre que se extenderá hasta mañana.
«El mundo va a estar mirándonos para ver si realmente somos creíbles», advirtió de su lado el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, al exigir objetivos claros y vinculantes.
Según un proyecto de las conclusiones que deben ser aprobadas el viernes, los 27 miembros de la UE se comprometerán a «reducir las emisiones de gas de efecto invernadero en por lo menos un 20% de aquí a 2020 con respecto a 1990».
Europa está dispuesta a recortar esas emisiones hasta en un 30% como recomiendan los científicos, aunque para ello exige un compromiso internacional que involucre tanto a Estados Unidos como a países emergentes como China, India y Brasil.
La intención de la UE es dar un mensaje claro con miras a la supervivencia, más allá de 2012, del protocolo de Kioto, que los norteamericanos nunca ratificaron (pese a emitir el 25% del total mundial de dióxido de carbono), y en el cual no estaban concernidos ni indios ni chinos.
Si existe consenso en la UE sobre la importancia de proteger el medio ambiente, el debate está abierto en cambio en cuanto a los medios a utilizar, por ejemplo sobre la obligatoriedad o no de establecer un porcentaje del 20% de energía renovable (eólica, hidráulica, geotérmica, solar o proveniente de la biomasa) en el consumo total de Europa hacia 2020, en lugar de 7% actualmente.
En ese debate se mezcla la cuestión nuclear, tema tabú en la UE, que no podrá ser evitado en esta oportunidad.
Francia, Finlandia, Polonia y los países bálticos defienden una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero respetando la soberanía nacional sobre las fuentes energéticas a utilizar, por ejemplo la nuclear.
Primer productor nuclear de Europa, Francia insiste para incluir las fuentes renovables en un objetivo más global de energías «de baja contenido de carbono», como el nuclear.
Pero muchos países se oponen enérgicamente a esta idea, empezando por Austria, Irlanda e Italia, mientras que otros Estados miembros como España, que recurre a la energía nuclear para generar electricidad, no quieren mezclar los debates.
«íngela Merkel debe oponer un claro rechazo al chantaje de (el presidente francés) Jacques Chirac. Colocar a la energía nuclear y las renovables en pie de igualdad es altamente inmoral visto los riesgos vinculados a la primera y los problemas no resueltos de los desechos», advirtieron los eurodiputados Verdes.
En la cumbre se debatirá también una propuesta de la Comisión, sobre lacal no hay consenso, para poner fin a los monopolios nacionales de producción y transporte de energía, existentes en 16 Estados miembros para el caso de la electricidad y 20 para el gas.
Por otra parte, Merkel tiene previsto presentar a sus homólogos durante la cena del jueves las líneas principales de lo que será la declaración de Berlín del 25 de marzo próximo con motivo del 50 aniversario del Tratado de Roma, considerado como fundador de la UE.
La agenda de la cumbre incluye además la marcha de la estrategia de Lisboa para el crecimiento y el empleo y la cuestión de una mejor regulación para reducir la burocracia, en medio del buen momento económico que atraviesa la UE.