Insurgentes disfrazados de policías irrumpieron el lunes en una estación de policía en el occidente de Irak, dispararon armas de fuego, detonaron explosivos colocados en un chaleco y tomaron como rehenes a varias personas, entre ellas al alcalde, informaron las funcionarios iraquíes.
El ejército iraquí rodeaba la estación policial en el pueblo de al-Baghdadi, a unos 200 kilómetros (125 millas) al oeste de Bagdad, en la provincia de Anbar, dijo el vicegobernador provincial, Dhari Arkan. Se desconoce cuántas personas se encuentran retenidas por los insurgentes dentro de la estación o si los agresores han hecho exigencias.
El teniente coronel Mohammed Ismail de la policía de Anbar e Hikmat Juber, alcalde del poblado cercano de Hit, confirmaron el incidente del lunes.
Ambos funcionarios dijeron que no tienen noticias si hay bajas.
La provincia de Anbar ha sido bastión de la insurgencia por varios años.
Juber agregó que varios funcionarios que laboraban en el segundo piso del edificio, sede de oficinas del gobierno, también fueron tomados como rehenes.
La confrontación actual en esta provincia pone en evidencia la vulnerabilidad de las fuerzas de seguridad iraquíes en un momento en que las tropas estadounidenses empiezan a retirarse rápidamente de la región luego de más de ocho años en guerra.
Los funcionarios hablaron a condición de mantener el anonimato debido a que no cuentan con autorización para hablar con los medios.
Combatientes sunitas alineados con grupos terroristas como al-Qaida con frecuencia realizan ataques contra elementos de la policía y las fuerzas militares, a quienes ven como traidores y partidarios del gobierno de mayoría chiíta.
Bajo un acuerdo de 2008, todas las fuerzas militares estadounidenses deberán abandonar territorio iraquí para finales de este año, si bien funcionarios de Estados Unidos e Irak han sostenido reuniones para contar con una menor presencia militar estadounidense en Irak para el próximo año.