Insuficientes recursos asignados a programas para la niñez


Como consecuencia de las pocas actividades para niñez y juventud, los mismos han tenido que trabajar desde temprana edad. Archivo

La falta de una legislación adecuada y el limitado acceso a los servicios básicos trincan el futuro y desarrollo de la niñez y juventud guatemaltecas.

Flor de Marí­a Ortiz
florortiz@lahora.com.gt

«Yo he crecido en barrios marginales y desde muy pequeño he tenido conciencia sobre la vida, y me molesta que la sociedad no preste atención a las propuestas de los jóvenes, pero tristemente entre los mismos jóvenes hay total indiferencia y las pocas propuestas no son tomadas en cuenta», dice un jóven de un área marginal, quien prefirió omitir su nombre.

«Somos fuente de conocimiento, no fuentes de trabajo. Somos una máquina para promover un futuro mejor, no material para mano de obra barata, porque tenemos capacidades», asegura con palabras contundentes, al tiempo que se queja por la falta de programas de desarrollo para niños y jóvenes de áreas marginales-

«Solo por vivir en áreas rojas o alejadas piensan que no valemos nada, pero es todo lo contrario y hemos demostrado que ser joven representa la vida y un desarrollo», manifestó un joven que ha sufrido exclusiones por parte de la sociedad y Estado.

Informe

El Grupo de Apoyo Mutuo (GAM) presentó el Informe sobre la situación de la niñez y adolescencia en Guatemala, con el objetivo que se conozcan las injusticias que sufre actualmente la población joven, que es ví­ctima permanente de abusos, exclusión, explotación, marginación y efectos de la desigualdad.

Como consecuencia de las pocas actividades para niñez y juventud, los mismos han tenido que trabajar desde temprana edad, lo cual contribuye a un ingreso más en la familia, pero esto no tendrí­a que ser así­ porque se les obstruye el acceso a la educación, salud y desarrollo personal.

Abner Paredes, representante de la juventud del Centro de Acción Legal en Derechos Humanos (CALDH), manifestó su preocupación por la falta de interés, de información por parte del Estado para saber como se encuentran la juventud y niñez guatemaltecas, «los informes de esta naturaleza deben ser necesarios para que se realicen leyes para verificar las necesidades de la niñez y juventud, ya que los presupuestos son demasiado bajos y la ejecución es aun más baja».

«Las personas que se encuentran a cargo de las dependencias llegan a los puestos por «cuello», no teniendo así­ la capacidad para ejercer la función, porque no logran implementar actividades de desarrollo, de atención, de implementación y de polí­ticas públicas que atiendan esta problemática y esto contribuye a que los jóvenes se inicien en actos delictivos o delincuencia común, condenándolos a ser pobres y a vivir en pobreza extrema».

Según el informe del GAM, en los primeros 75 dí­as de este año han fallecido de forma violenta seis niñas y dos niños, sin tener la captura de ningún responsable de estas muertes.

Sobre los nacimientos de los niños señalan que 39 de cada mil nacidos mueren antes de los cinco años de edad, 29 de cada mil mueren antes de llegar al primer año y lo más grave es que 130 mujeres de cada mil mueren en el momento del parto.

El análisis demuestra que la respuesta estatal ha sido nula, porque no hay atención a la niñez y la ejecución presupuestaria es limitada, siendo obligada a trabajar en condiciones deplorables. La forma en que se emplea la fuerza juvenil es en canteras, en coheterí­as o pornografí­a infantil, casos que no son investigados, comentó Mario Polanco, representante del GAM.

Rigoberto Chicoj, representante del grupo juvenil AGUJA, aseguró: «es penoso que nadie se preocupe por la juventud y niñez del paí­s, esto es algo individual y colectivo porque no hay espacios donde podamos recrearnos».

«Y sobre todo con respecto a las zonas donde vivimos, por ejemplo: Peronia, Mezquital y zona 18, es preocupante porque no se nos brinda la oportunidad para un desarrollo seguro; y por supuesto el Estado no hace nada por ayudar».

Chicoj dijo que realizan actividades varias porque son jóvenes organizados y a pesar que el Estado no los apoya, han tratado de realizar actividades para evitar más violencia, trabajando para ellos mismos.

Por su propia vulnerabilidad se han convertido en ví­ctimas de abusos fí­sicos, sexuales y mentales; la niñez ha sido obligada a realizar trabajos propios para adultos, percibiendo pagos para niños… ¿Y quién ve eso?…