El secretario general de la Liga írabe, Amr Mussa, instó el sábado a los dirigentes de Líbano a negociar para resolver la crisis política que afecta al país, al término de su misión de mediación entre la mayoría antisiria y la oposición apoyada por Siria e Irán.
«Los contactos entre los dirigentes libaneses no existen», declaró a la prensa Mussa.
«Yo pido enérgicamente a los dirigentes libaneses que establezcan los contactos necesarios entre ellos» para resolver la crisis, agregó este responsable árabe, negándose a decir que su mediación hubiera fracasado.
«Hemos presentado a los dirigentes libaneses propuestas destinadas a resolver todos los temas de discordia y les corresponde aceptarlas», señaló Mussa. «Algunas propuestas fueron aceptadas, otras fueron recibidas en forma dubitativa», añadió, sin dar más detalles.
La misión de Mussa estaba destinada a reanudar el diálogo entre la oposición, dirigida por el poderoso hezbolá chiíta, que pide fundamentalmente un nuevo gobierno de unión nacional, y la mayoría, que cuenta con el respaldo de los occidentales y dirige el gabinete.
Los partidos chiítas Hezbolá y Amal, aliados del jefe de la oposición cristiana Michel Aoun, considerando que estaban mal representados en el gobierno formado en 2005, abandonaron a mediados de noviembre la coalición gubernamental liderada por el primer ministro Fuad Siniora.
Luego la oposición lanzó un movimiento de protesta, a partir del 1 de diciembre, a través de mitines populares y de una sentada que prosigue en pleno centro de Beirut, frente a las ventanas de la sede gubernamental.
La crisis causa una parálisis de las instituciones –el gobierno ya no es reconocido ni por la oposición, ni por el jefe del Estado, Emile Lahoud, vinculado a Siria– y una desaceleración de la economía.
Por otra parte, el proyecto de un tribunal internacional adoptado por la ONU para juzgar a los asesinos del ex primer ministro Rafic Hariri, muerto el 14 de febrero de 2005, constituye el principal punto de fricción entre el gobierno y la oposición, que pone de manifiesto las difíciles relaciones entre Líbano y Siria.
«Líbano atraviesa un período peligroso y la iniciativa árabe tiene como finalidad no exacerbarlo», insistió Mussa, advirtiendo contra el peligro de que se produzca una escalada en la calle. «Toda escalada será peligrosa para Líbano, no conducirá a ningún resultado político, sólo a una reacción en contra», afirmó.
Mussa, que partió de Líbano este sábado, no fijó una fecha para regresar, pero destacó que «permanecerá en contacto con todas las partes». «Veremos lo que podemos hacer después de las fiestas. Nosotros continuamos esperando un progreso hacia una solución de la crisis», declaró.