El Banco Mundial presentó ayer un informe sobre respuestas latinoamericanas al cambio climático, en el que insta a mitigar sus efectos, a adaptarse a la nueva realidad, y a que los países de la región reduzcan emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
John Nash, economista del BM para América Latina y el Caribe, uno de los autores del estudio, señaló, al presentar el estudio en Montevideo, que en la región se pueden tomar medidas que tienen sentido económico y son amigables con el ambiente.
Entre ellas, mencionó el «aumento de la eficiencia energética», el «desarrollo de las fuentes de energía renovable», «mejora en el manejo de los residuos sólidos», «desarrollo de los biocombustibles sustentables», el «mejoramiento de los sistemas de transporte público» y la «reducción de la deforestación evitable».
El informe, titulado «Desarrollo con menos carbono: respuestas latinoamericanas al desafío del cambio climático», insta a los gobiernos de la región a «considerar políticas de adaptación e inversiones adecuadas», y señala que «las respuestas a los impactos actuales (sequías, inundaciones) son más urgentes».
Los cálculos de costo macroeconómico revelan que, en promedio, cada desastre causa una reducción de 0,6% del PIB real per cápita, dice el informe, y advierte que las consecuencias serán más serias a medida que el cambio climático se intensifique.
Agrega que «hay buenas razones para que América Latina tenga una participación activa en los esfuerzos globales para mitigar el cambio climático», pues para que sean «efectivos y eficientes, deben necesariamente contemplar reducciones de emisiones también en el mundo en desarrollo».
«La efectividad implica la participación de América Latina porque aún en el supuesto de que los países de altos ingresos redujeran sus emisiones a cero, eso no sería suficiente para mantener las concentraciones de GEI debajo de los niveles «peligrosos»,» argumenta.
Asimismo, indica que se «requiere la participación de América Latina porque una gran parte del potencial de mitigación de gran impacto y bajo costo está localizado en las economías emergentes», aunque agrega que se deben tener las «consideraciones de equidad» basadas en los distintos niveles de «responsabilidad» y «capacidad».
En una rueda de prensa, Nash consideró que «si no solucionamos el problema, «la vida cotidiana va a cambiar muchísimo».
«Vamos a sentirnos afectados por muchos más desastres climáticos: las sequías en algunas regiones y las inundaciones en otras regiones van a hacerse más frecuentes», dijo.
Añadió que lo que más teme del cambio climático es el «impacto sobre la oferta agroalimentaria. Por eso recomendamos en el informe que tenemos que asegurar que el sistema internacional para comercializar los alimentos debe quedarse abierto» porque «algunos países van a producir menos, otros van a producir más».
El presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, anunció esta semana la creación de un fondo para atender los efectos del cambio climático y pidió a los intendentes de los 19 departamentos del país trabajar en conjunto para atender las situaciones generadas por esa contingencia.
Nash calificó esos anuncios de «muy importantes» y señaló que «trabajar con los municipios es la estrategia más apropiada para combatir el cambio climático».