Los legisladores demócratas de Estados Unidos se comprometieron a mantenerse firmes en el duelo para minar las intenciones del presidente George W. Bush de mantener las tropas en Irak, pese a una dura resistencia en la Casa Blanca.
Pese a que fallaron en su intento del jueves por aprobar una ley para el retiro de Irak antes de marzo 2008, el Partido Demócrata está determinado a mantener la presión política en torno a la impopular guerra.
Convencidos de que el triunfo en las legislativas de noviembre -que les otorgó el control de ambas cámaras del Congreso- estuvo basado en el rechazo al conflicto, insisten en obligar a Bush a que ordene el regreso de las tropas, de las cuales han muerto más de 3.200 en Irak.
El centro de la batalla política se trasladará la próxima semana del Senado a la Cámara de Representantes, donde tendrá lugar el debate en torno a la solicitud del gobierno de 124 mil millones de dólares para las guerras en Afganistán e Irak.
El Comité de Apropiaciones de la Cámara -que redacta los proyectos de ley presupuestales- aprobó el jueves la inclusión del calendario de retirada demócrata en el proyecto para el aumento del presupuesto de guerra.
Se espera que el pleno de la Cámara debata el proyecto de ley en medio de una atmósfera políticamente cargada la próxima semana.
Sin embargo, el presidente Bush ya advirtió que aplicará el veto en caso de que la ley sea aprobada con el calendario.
Pese a que es poco probable entonces que los demócratas obtengan lo que buscan, varios analistas coinciden en que todo se trata de una estrategia para mantener la presión sobre los republicanos de cara a las elecciones presidenciales de 2008.
Las propuestas demócratas «no están diseñadas para cambiar el rumbo de la Casa Blanca», dijo Steven Clemons, analista de la fundación New America.
«Están diseñadas para que el público piense que los demócratas tienen ideas alternativas fuertes. Los demócratas no quieren ser los propietarios de esta guerra; quieren que Bush sea el dueño todo el camino hasta la campaña electoral», explicó.
Es por ello que el líder de la mayoría Harry Reid salió del Senado el jueves y declaró paradójicamente que había sido un «buen día» para los demócratas, aún cuando su plan para acabar la guerra fue rechazado.
«Los republicanos están perpetuando la fallida política del presidente, ese es el mensaje aquí», dijo Reid a la prensa.
Los republicanos responden a los intentos demócratas al acusarlos de intentar microgestionar la guerra de Irak desde su cómodo Congreso, cuando la batalla retórica se vuelve cada vez más amarga.
«Establecer conogramas no es diferente que entregarle al enemigo nuestro propio plan de guerra», dijo el líder de la minoría en la Cámara, John Boehner el jueves.
«Sirve como hoja de ruta para que los terroristas planeen sus ataques contra los soldados estadounidenses».
El presidente estadounidense George W. Bush amenazó hoy con vetar el presupuesto de emergencia para Irak y Afganistán si este incluye medidas para forzar una retirada de tropas o gastos domésticos no relacionados con la guerra.
«El Congreso necesita aprobar los fondos de emergencia para nuestras tropas, sin restricciones y sin demora. Si me mandan un proyecto que hace lo contrario, lo vetaré», dijo Bush en su mensaje radial semanal.
La próxima semana la Cámara de representantes debatirá una medida presupuestaria de 124 mil millones de dólares que incluye una medida demócrata para forzar el retiro de Irak para setiembre de 2008.
El mandatario advirtió que ese resultado sería «desastroso» y «una pesadilla para nuestro país» y dijo que «perjudicaría» el esfuerzo actual por reducir la violencia confesional en Bagdad.
Bush dijo que el controvertido proyecto dará a los legisladores que apoyan a las tropas estadounidenses en Irak «una oportunidad de demostrar ese apoyo en los hechos, así como de palabra», criticando el gasto doméstico en desmedro de la financiación de la guerra.