Insensible ante el dolor


Cuando escribo alguna opinión para criticar algún hecho, algunos creen que por su contenido, va dirigido en contra de algún estrato social o alguna etnia, pero la realidad es que nunca ha sido mi intención y si así­ pareciera, es una percepción errónea. Entre las acusaciones más comunes que he recibido, es que soy insensible ante el dolor, que no estoy de acuerdo a que se le dé ayuda a las clases desposeí­das, etc. porque no estoy de acuerdo que se regale por regalar, sino que pienso que hay mejores formas de ayudar.

Guillermo Castañeda Lee, Ced. R-19 No. 997, Teculután, Zacapa.

Cuando se me hace este tipo de acusaciones, me pongo a meditar si será que en realidad soy insensible ante la calamidad actual, pero después de meditar, creo que no es así­, pues considero que soy tan sensible como cualquier humano, sólo que lo enfoco diferente comparando de que será mejor, si soportar temporalmente el dolor de algunas decenas de miles hoy, o que nuestros hijos y nietos soporten o sean parte de cientos de miles que vivirán y sufrirán calamidades en el futuro. Creo que si se planifica como regalar para cubrir temporalmente una necesidad, no estamos haciendo nada, más bien estaremos creando dependencia del obsequio y de lo fácil que es extender la mano. Con esto lo que hacemos es agotar los recursos disponibles y dejar el futuro en peores condiciones, siendo que cada vez se convertirá en más caótica la situación. Sin embargo a pesar de que no es lo mejor, casi siempre se escoge esta forma para decir que se van resolver los problemas, pues es más fácil, hay más agradecimiento directo y se puede jactar el funcionario de manera rápida, yo-yo.

Por eso insisto que si en realidad un gobierno quiere empezar a resolver el problema sin recibir palmaditas en el hombro, debe invertir y crear fuentes de trabajo, con préstamos, con asesorí­a, construyendo infraestructura, pero no con regalos, ya que invirtiendo, aunque sólo se alivia y no resuelve la situación en el momento, creará bienestar en el futuro.

El problema es que muchos creen que regalando es como pasarán a la historia, pero los que reciben regalado, ya ni lo dicen el dí­a de mañana. Les recomiendo que averigí¼en por qué el Conquistador Gaspar de Cepeda, es bien recordado a 450 años después de su muerte, que hizo algo parecido a lo que yo estoy recomendando.