La inseguridad, la pobreza y la corrupción son los principales desafíos del nuevo presidente de Guatemala que hoy surgirá entre los candidatos ílvaro Colom, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) y Otto Pérez Molina, del partido Patriota (PP).
En una consulta efectuada entre los ciudadanos guatemaltecos en vísperas de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, publicada por el diario local El Periódico, los consultados señalaron que la delincuencia es el más grave problema que heredará el siguiente gobierno.
Un número de 16 muertos cada día por violencia y una cifra cercana a los 5 mil al año, es la principal tarea a resolver por los candidatos. Guatemala es uno de los países con mayores índices de criminalidad que golpeó las elecciones, dado que murieron 60 personas, entre candidatos y seguidores de los partidos, en el proceso electoral. El país tiene 13 millones de habitantes y el 51 por ciento está bajo la estadística de pobreza, de los cuales 15,2 por ciento está en extrema pobreza. De los 6,5 milones de pobres, el 75 por ciento reside en el área rural. La corrupción no es un problema exclusivo de Guatemala, pero sin duda ha frenado a lograr un mejor crecimiento. El problema, dice el candidato Pérez Molina, existe y ha dicho que de ganar la elección exigirá a sus ministros cero corrupción y nada de cosas a medias. Otras personas mencionaron que la educación podría ser otro desafío, además del desempleo, salud, deuda externa, inversiones en obras públicas, vivienda, justicia, narcotráfico, entre otros rubros actualmente en rezago.