A pocos días que el Plan de los Cien Días concluya, analistas políticos advierten a la ciudadanía que no deben esperar grandes logros, puesto que los dos grandes problemas que aquejan a la población, tales como la inseguridad ciudadana y el deterioro del bolsillo de los guatemaltecos se agrava, a tal punto que pone en peligro la gobernabilidad del país.
En el tema de la seguridad, los modestos avances que este gobierno había logrado con la ejecución de dicho plan se desvanecen con los últimos crímenes de alto impacto. El analista político Gustavo Berganza, señala que efectivamente se veía una tendencia en la disminución de homicidios, sin embargo, hechos como el acaecido en Zacapa, donde se produjo la ominosa eliminación de presuntos narcotraficantes oscurece esos avances.
El atentado mortal de que fue blanco el investigador, Víctor Rivera, recordado ahora por su exitosa labor para combatir eficientemente el crimen organizado en sus distintas expresiones, también socava la esperanza de la población que votó por el presidente Colom, precisamente por el ofrecimiento que hizo durante la campaña electoral de revertir este flagelo con inteligencia ante la otra opción de la mano dura.
Asesinato de Rivera pone la guinda al pastel sobre este clima de zozobra
Su eliminación física, ocho días después de la cancelación de su contrato en el Ministerio de Gobernación, pone la guinda al pastel sobre este clima de zozobra que se le atribuye al crimen organizado. Rivera prestaba sus servicios de investigación desde el gobierno de Arzú y su eficiencia para desarticular bandas de secuestradores, asalta bancos, extorsionistas, lo hizo imprescindible en los gobiernos de Portillo y Berger.
Su fama como investigador trascendió las fronteras y en 1996 familias guatemaltecas económicamente poderosas lo trajeron al país para que los ayudara a recuperar a sus seres queridos víctimas de secuestro.
Las esquelas publicadas el miércoles dan fe de la efectividad de sus servicios y del agradecimiento de muchas familias acaudaladas que lamentan su eliminación física, responsabilizando moralmente algunos al presidente Colom por echarlo de la noche a la mañana y ponerlo como carne de cañón frente a sus innumerables enemigos.
Según el ex ministro de la Defensa Nacional, Carlos Aldana, en 100 días sería exigirle mucho a un gobierno que dé resultados. «Yo siento que algo se ha hecho, pero el desprestigio de las instituciones encargadas de la seguridad se han deteriorado a tal grado que han creado un cuadro de mucha incertidumbre.
La interrogante planteada ahora y que los medios de comunicación han popularizado es que si un experto en seguridad no supo protegerse, qué puede esperar el guatemalteco de a pie que a diario se expone a las temidas maras.
Aldana afirma que los crímenes de alto impacto han reiterado la organización y poder que tienen las maras, por un lado y por otro, la presencia del narcotráfico que debe preocupar no sólo a este gobierno, sino a los próximos que vengan.
El presidente Colom debe apegarse más a la región para luchar contra estos grupos que están dispuestos a enfrentar al Estado, ya que los centroamericanos «tenemos los mismos problemas y la cooperación regional, incluyendo a México y Colombia, es la clave», agrega.
Obviamente, sugiere que este gobierno tiene que modernizar los sistemas de alerta temprana en las dos costas, por aire, mar y tierra, ya que se trata de una nueva etapa de conflictividad en el tema de la inseguridad.
Impera la anarquía
El general Otto Pérez Molina, aseguró que su partido realiza un trabajo de fiscalización, efectivamente sobre los compromisos que el presidente Colom asumió. La bancada está citando a varios funcionarios de gobierno, responsables de las 143 acciones del Plan de los Cien Días y que posterior y oportunamente fijarán su posición. Mientras tanto, concluye que en el país impera la anarquía y que es evidente que las promesas de campaña se han quedado cortas por una serie de contradicciones y retroceso en muchas de sus decisiones ya tomadas.