Inquietud académica por intentona en la Flacso


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En vísperas de la reunión ordinaria del Comité Directivo, del Consejo Superior y Asamblea General de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Flacso, que a partir de hoy se realiza en la ciudad de Quito, Ecuador, se desató un revuelo entre el mundo académico nacional e internacional, por el rumor fundado de que la administración del gobernante Pérez, intenta a última hora y transgrediendo los procedimientos legales establecidos, imponer el nombramiento de Director de la sede Guatemala, al promover la candidatura del colega Carlos Cáceres Ruiz, quien reside en México y como se recordará, fue Ministro del Gobierno de Alfonso Portillo.

Factor Méndez Doninelli


La actitud del gobernante guatemalteco puede interpretarse como un intento intervencionista para copar espacios académicos; en este caso, la Flacso, desde donde puede incidir tanto para apoyar, como para obstruir determinadas iniciativas y líneas de investigación social; si esto fuera cierto, es grave para el ejercicio académico en libertad que ocurra este tipo de intervenciones perversas, que tienen agenda oculta y lesionan la autonomía de las instituciones de educación superior. Si el gobernante Pérez insiste en este tipo de maniobras, espurias y al margen de los procedimientos legales, está contribuyendo al desgaste acelerado y prematuro de su administración; pero lo más grave, es el daño que se hace a la construcción de la democracia y la paz.

En esas circunstancias, no extraña la actitud de rechazo a tal maniobra, asumida por varios académicos guatemaltecos, quienes con vehemencia y coherencia, se oponen al intervencionismo gubernamental por funesto y dañino.

Desde luego que, de fracasar el Gobierno en el intento de imponer Director en la Flacso, a lo mejor el margen de la negociación política le permite obtener algunos nichos de poder, pienso por ejemplo, en la Coordinación Académica u otra posición menor, siempre que esa opción, lleve bajo el brazo un paquete financiero de varios millones de quetzales y que ese fondo, sirva para apoyar las investigaciones científicas en curso y otras que a futuro sean aprobadas por el Consejo Académico. Claro está, que un aporte significativo para respaldar la investigación social, no debe interpretarse como un condicionamiento, ni un blindaje con candados, sino como una oportunidad para el avance científico y el aporte a la solución de los problemas nacionales.

No olvidemos que es en los centros académicos, sobre todo en los de pos grado, donde se concentran los think tanks, se reúne lo más egregio de la intelectualidad académica y científica, surgen las alternativas y propuestas para el abordaje, tratamiento y solución de los problemas nacionales que agobian a la sociedad.

En lo personal, coincido con rechazar la intención del gobierno guatemalteco, advertida por los académicos, calificada como “intervencionista y centralizadora”. Al mismo tiempo, comparto las razones que se sostienen para oponerse al procedimiento utilizado por el Gobierno, mediante el cual intenta imponer Director en la Flacso y como lo sostiene mi amigo Carlos Figueroa Ibarra: “Al gobierno de Pérez Molina le convendría también ser inequívoco en este asunto, porque si fuera cierto todo lo que se dice, la Cancillería quedaría exhibida como chapucera en las sesiones del Comité Directivo, Consejo Superior y Asamblea General que se celebrarán en pocos días en la ciudad de Quito.”