En febrero pasado un ataque directo contra las instalaciones de la Dirección del Sistema Penitenciario (SP), en donde un guardia murió y otro resultó herido, demostró la delicada situación de violencia que vive Guatemala y la incapacidad de las instituciones gubernamentales para hacerle frente. Como elemento extra, se evidenció la ineptitud y lo acelerado del actuar de las fuerzas de seguridad, al capturar a dos jóvenes trabajadores de la imprenta de un taller que se encontraban en el Hospital General San Juan de Dios, luego que uno de ellos se lastimara la mano en su trabajo. Las fuerzas de seguridad acusaron a Esdras Elí Peña Astorga y Marvin Salazar Garrido de ser los autores materiales de la balacera a la dirección del SP, y procedieron a su captura, uno en el hospital y otro en su lugar de trabajo. Más tarde, en conferencia de prensa, el ex ministro de Gobernación, Salvador Gándara, anunció la captura de estos dos jóvenes.






Cinco meses después de haber permanecido en la cárcel y ver sus reputaciones manchadas por una acusación falsa, ambos jóvenes recuperaron su libertad, y están listos para rehacer sus vidas y regresar con sus familias. En una reunión emotiva con los suyos, ambos se mostraban satisfechos por su liberación y hasta bromeaban con los agentes del Sistema Penitenciario que los custodiaban.
Saida Karina Ayala, esposa de Peña, manifestó su alegría porque al fin se hizo justicia, y se encuentra emocionada de que su esposo al fin regresara a su hogar, para estar con su pequeño hijo. Por su parte Mauricio Salazar y María Guadalupe Garrido, padre y madre de Marvin, manifestaron que, a pesar de que fueron humillados, todo se aclaró y su hijo puede regresar con ellos.
«No somos malas personas, somos guatemaltecos trabajadores y fuimos acusados injustamente», finaliza el padre, con quien abraza a su esposa, mientras esperan el momento para que su hijo regrese con ellos.