¿No que sí­, pues? ¿No que no, pues?


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El tí­tulo coloquial del presente artí­culo obedece a la circunstancia que hace un par de meses atrás, de forma pública sugerí­ a Conred a efecto de preguntar si estaban ya preparados para tratar de reducir el efecto de las dimensiones de los desastres que pudieran ocurrir durante la época de lluvias.

Fernando Mollinedo
fermo@intelnet.net.gt

 


Recibí­ atenta invitación de la persona encargada de comunicación social de Conred para hacer una visita a la institución y enterarme de sus planes; sin embargo, no acudí­ en el entendido que mi alerta temprana era para su prevención, la cual ignoro haya sido tomada en cuenta.

El tiempo me da la razón así­ como a miles de guatemaltecos que “otra vez” la Conred está instituida como una institución de respuesta y no de prevención, lo que aumenta el riesgo de pérdida de vidas en los lugares susceptibles o señalados como de riesgo para los habitantes.

En declaraciones televisivas, la Conred dijo que estaban preparados para las urgencias que se presentaran; y los últimos recuentos informativos señalan que no fue,  ni es así­. Por lo tanto… ¿no que sí­, pues?

Las fuerzas de seguridad del Estado y el Ministerio Público han principiado a responder de forma positiva a la cada vez más exigente voz popular en cuanto a la resolución de casos delictivos; no es tan fácil como muchas personas han de creer, pero, se principian a ver los resultados de esos cambios que se han operado dentro de la organización interna del Ministerio Público.

Uno de ellos, es la importancia que se le ha privilegiado a la investigación y su apuntalamiento con elementos técnicos como el Inacif, y por qué no decirlo, con la valiosa participación de investigadores policiales formados en el extranjero y dentro de las filas de la PNC. ¿No que no se podí­a mejorar la actuación del MP, pues?   También es cierto que “de todo hay en la viña del Señor”, pero poco a poco, los cambios irán asentando en sus laborantes  la nueva cultura de investigación, y dejar por un lado la vieja e insana costumbre de convertir a los fiscales y sus auxiliares en émulos de jueces a priori.

¿No que no, pues? ¡Claro que se puede hacer! Pero para ello es necesario que las autoridades tengan la voluntad polí­tica, económica y sobre todo la voluntad moral y ética para realizar los cambios necesarios.

El mismo fenómeno institucional ocurre en las escuelas e institutos nacionales, donde hay maestras y catedráticos que llegan hasta media hora tarde a cumplir con sus obligaciones y a veces ni llegan, pero eso sí­â€¦  quieren salir temprano; alegan por el respeto a sus derechos pero no hablan nada del cumplimiento de sus obligaciones ni de respetar el derecho a la educación que tienen los alumnos. Con fundamento en la Ley de Educación Nacional, allí­ también: ¡sí­ se puede! Por lo tanto, hay que hacer los cambios institucionales que la realidad demande en beneficio de la población. Oj Alá.