¿No les da vergí¼enza?


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Mi comentario para hoy llevaba el titular “Por una Navidad feliz y tranquila”, pero me vi obligado a cambiarlo después de enterarme del triste estado de resultados del Congreso de la República. No hay derecho para que los servidores del pueblo (nunca “padres de la patria”) se pongan ahora a dar excusas del saldo negativo de sus cuatro años y más todaví­a del último. Estamos tan mal en Guatemala, que nada extraño serí­a que los 158 llamados representantes, fueran también candidatos a recibir la Orden del Quetzal. ¡Qué descaro, qué cinismo y qué tristeza!

Francisco Cáceres Barrios
fracaceres@lahora.com.gt

 


El colmo es que estén incluyendo entre sus “logros” haber aprobado el sistema electrónico para votar y el respectivo control de asistencias, cuando ello fue exigencia indispensable “para poder contarles las costillas”. ¿Tendremos entonces que felicitarlos también por las comilonas que realizan en sus propias curules, pues con el pretexto de ir a comer o ir al baño se escapan de las sesiones a las que tienen gorda obligación asistir?; ¿alguien podrá creer eso de que los diputados trabajan las 24 horas y que sea justo y equitativo que a los faltistas solo se les quite lo correspondiente a dietas, cuando la estructura de su remuneración debiera cambiarse para que la mayorí­a proviniera de éstas?
Sigo pensando igual que siempre, aunque digan que estoy predicando frente al mar y arando en el desierto, insisto sobre que si en verdad queremos cambiar, debiéramos empezar por la Ley Electoral y de Partidos Polí­ticos, dándole un giro de 180 grados a la selección y postulación de  diputados al voto popular y así­ solo escoger a quienes sean más honestos, aptos, capaces y experimentados representantes y no “al dedazo” de cada partido polí­tico, tal y como se viene haciendo hasta la fecha. Porque aunque me califiquen de pesimista o mal pensado, creo que la integración del Congreso que se instalará en 2012 muy poco se va a diferenciar de los anteriores y de ahí­, otra vez el cumplimiento del axioma: “si sigues haciendo lo mismo, tendrás los mismos resultados”.
De otra cosa de que se vanaglorian los diputados es que en el 2011 se gastó menos en viajes al extranjero, pero los ciudadanos seguimos con la inquietud: ¿a qué fueron los diputados que volaron para Haifa, Israel; a Bélgica y a Suiza?, ¿fueron tan provechosos sus viajes que la población salió favorecida en cuanto a lo polí­tico, económico y social? Porque irse de viaje solo por el placer de mandarlos a pasear, para eso vaya si no están sobrepagados. A la población no le molesta que los diputados electos reciban el elemental entrenamiento sobre la forma de conducirse durante el desarrollo de los debates o de la manera de plantear sus iniciativas, la que la pone como los once mil jicaques es que pidan el chance sin saber ni jota de sus deberes y responsabilidades.