Inmigración: tema de candidatos franceses


Inmigración. El candidato francés por la derecha, y actual ministro del interior, Nicolás Sarkozy, abordó el tema de la inmigración durante un programa de televisión.

El candidato de derecha francés, Nicolas Sarkozy, también titular de Interior, situó la cuestión de la inmigración, tratada con mucha severidad por su ministerio, en el corazón de la campaña electoral, mientras sus adversarios consideran que sus ideas son peligrosas y aumentarán la discriminación.


Dí­as después de proponer la creación de un ministerio de la Inmigración y la Identidad Nacional que provocó que la izquierda le acusara de defender ideas de la extrema derecha, Sarkozy reiteró que «hablar de identidad nacional no le daba miedo».

«He entendido que es un tema tabú y que un polí­tico preocupado por su carrera deberí­a evitarlo, pero seguiré hablando de identidad nacional porque Francia atraviesa una crisis de identidad grave, profunda y peligrosa», declaró.

Como ministro de Interior, Sarkozy se ha caracterizado por fortalecer la lucha contra los clandestinos y promulgar una ley a favor de una inmigración elegida, es decir, una filtración de los extranjeros en virtud de diferentes criterios, lo cual hace más difí­cil la obtención de un permiso de residencia o de reagrupación familiar en Francia.

«Tenemos un problema de inmigración. Pero, ¿cómo lograremos la integración de los extranjeros si no hablamos de quiénes somos o de cómo es el paí­s al que llegan?», se preguntó Sarkozy.

Segun los allegados del candidato, dos tercios de los franceses están de acuerdo con este punto de vista sobre inmigración y se preocupan por una pérdida de identidad.

Sarkozy dejó claro en sucesivos mí­tines que «no quiere dejar el monopolio de la idea de nación a la extrema derecha» representada por Jean Marie Le Pen, lí­der del partido Frente Nacional.

«Tenemos derecho a ser franceses sin ser nacionalistas, de hablar de inmigración sin ser racistas y de nación sin ser proteccionistas», explicó Sarkozy.

En 2006, Francia expulsó a 24 mil inmigrantes clandestinos, según cifras del ministerio de Interior dirigido por Sarkozy. Con respecto a 2002, el número de ilegales expulsados en 2006 es un 140% superior.

«La Francia que quiero es una Francia abierta, acogedora, generosa y fraterna y para que siga siéndolo, la inmigración no puede ser entendida como una amenaza de la identidad», insistió Sarkozy.

Para la candidata socialista, Ségolí¨ne Royal, las afirmaciones de Sarkozy son «viles» y «dan miedo».

«La idea de Nación debe actualizarse. La Francia del mañana será más diversa pero se mantendrá fiel a sus orí­genes», garantizó Royal esta semana.

Para el lí­der de centro, Franí§ois Bayrou, no se puede hacer una «amalgama» entre inmigración e identidad nacional.

«El deber de un presidente de la República es que todos los ciudadanos vivan juntos (…) y que sean mirados como ciudadanos franceses independientemente del color de su piel, origen, religión o nombre», explicó el candidato, que gana popularidad cada dí­a en los sondeos de opinión.

Sarkozy, candidato favorito, es observado con desconfianza por los franceses de origen extranjero y todaví­a no ha podido hacer campaña en los suburbios de Parí­s, habitados principalmente por inmigrantes y sus descendientes.

Ayer, el ministro de la Igualdad de oportunidades, Azouz Begag, de origen argelino, declaró que no le brindarí­a su apoyo ya que sus relaciones son pésimas desde la violenta revuelta en estos barrios en noviembre de 2005, cuando Sarkozy calificó a sus habitantes de «escoria».