Inmigración: La justicia no alcanza a los coyotes


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Apuntar hacia el Norte, engrilletados al peso que implica abandonar a la familia, los amigos y todo lo que compone el ideal de felicidad por motivos económicos y la búsqueda de nuevas oportunidades también supone un alto riesgo para la libertad, la integridad, la dignidad humana y la vida misma de los que buscan el “sueño americano”.

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POR JODY GARCÍA
jgarcia@lahora.com.gt

En Guatemala las estadísticas de deportaciones crecen cada vez más, aunque también se eleva el número de personas que deciden emprender el viaje a Estados Unidos como indocumentadas y además aumenta el envío de remesas que en el 2012 creció en 9.24 por ciento; pero en medio de esta aventura desesperada muchos ingresan a oscuras redes criminales donde los primordiales actores son los “coyotes”, quienes rara vez son procesados ante la justicia.

“De cuando uno se va, no me gusta hablar. Yo te puedo hablar de cuando vengo. A mí no me gusta hacerme víctima. Cuando decidí tomar camino me encomendé a Dios  porque ya sabía a lo que apuntaba, porque lo que le espera a  uno en el camino es la muerte o la suerte de llegar a Estados Unidos. Es una de dos”, dijo claramente Alberto*.

Sin embargo, cuando una persona toma la decisión de emprender un viaje buscando dejar una vida de precariedad y cambiarla por una de oportunidades, también se adentra en el corazón de una estructura criminal compleja y organizada, sin conocer realmente cuál será su destino final.

Alberto dejó el país en 1989, cuando aún era menor de edad. Desconocía entonces la profundidad de palabras como pasaporte, “migra” y menos aún de ser fugitivo, capturado, torturado y luego deportado.

Según relató, al salir del país se puso en contacto con un sujeto que luego fue su intermediario con “el coyote”. Todo marchó según los planes hasta llegar  a Nuevo Laredo, una ciudad fronteriza de gran importancia del estado de Tamaulipas, en el noreste de México.

Por allí pasó viajando en tren, imaginando lo delgada de la línea fronteriza entre este país y Estados Unidos, pero el grupo fue detenido por la Policía porque en el mismo ferrocarril era transportado un cargamento de marihuana. Lo capturaron, lo acusaron de narcotraficante y fue enviado a la cárcel en Estados Unidos.

“Cuento lo que viví y mucha gente va a decir que es mentira, que lo vi en la televisión o lo oí en la radio, pero nos torturaron para que dijéramos que la droga era nuestra; éramos siete, y por ser menores de edad nos pateaban, golpeaban y daban toques eléctricos”, contó.

También recordó que fue amenazado. “Decí que es tuyo. Igual, si te morís te vamos a tirar al río y vas a ser una muerte más que nadie va a llorar”, cuenta Alberto sobre las amenazas que recibía. Sin embargo, logró salir de prisión y llegar a su tierra en 1997 tras ser deportado.

Pero volvió a intentarlo en tres ocasiones más y con el transcurrir del tiempo, Alberto comprobó que las posibilidades de llegar con vida ahora eran más escasas que antes, dado que las situaciones que un migrante atraviesa para cruzar la frontera como indocumentado son peores, “hay más violaciones, ahora son mayores y diferentes”.

“Gracias a Dios soy un sobreviviente, porque hay mucha gente que no está acá para contarte esto, para darte el testimonio que yo te estoy dando”, relata.

Y en efecto, historias similares a la anterior abundan. Cada persona deportada de Estados Unidos y México podría contar situaciones parecidas, y hasta peores; no obstante, casi todas las historias tienen elementos de una de las modalidades criminales de más auge en la actualidad: la trata de personas.

El rostro visible de este problema corresponde a las víctimas, quienes por temor no denuncian los abusos de los que son  objeto, mientras que los victimarios pocas veces enfrentan la justicia.

DOS PRECIPICIOS
El pasado 22 de marzo, elementos de la Policía Estatal de México rescataron a un grupo de 18 mujeres centroamericanas y mexicanas, que eran obligadas a prostituirse en una cantina de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas.

Dentro de las víctimas figuraban féminas originarias de Guatemala, Nicaragua  y El Salvador. Luego de su liberación, rindieron su declaración ante el Ministerio Público de dicho país, y señalaron haber sido “enganchadas” y obligadas a ejercer la prostitución. En el mismo operativo se detuvieron a ocho personas.

En las cuestiones de migración hay dos situaciones que se viven y deben diferenciarse; éstas son la trata de personas y el tráfico ilegal de personas, explicó Elisabel Enríquez, coordinadora ejecutiva de la Mesa Nacional para las Migraciones en Guatemala (Menamig).

La Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Crimen (UNODC, por sus siglas en inglés), señaló que  la trata se caracteriza por «la acción de captar, transportar, trasladar, acoger o recibir personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra con fines de explotación».

Tal definición se encuentra en el Protocolo de las Naciones Unidas para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, complementario a la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, conocida también como la Convención de Palermo.

Por otro lado, el tráfico ilícito de migrantes es una forma de traficar seres humanos, que según los convenios aludidos es la facilitación de la entrada ilegal de una persona en un Estado del cual no sea nacional o residente permanente, con el fin de obtener un beneficio financiero u otro beneficio de orden material.

Aunque parecieran ser similares, hay amplias diferencias entre ambos términos, siendo uno de estos el carácter de consentimiento en el tráfico ilegal. De acuerdo con la entidad internacional, aunque suele realizarse en condiciones peligrosas o degradantes, los migrantes consienten en el tráfico.

“Las víctimas de la trata, por el contrario, nunca han consentido o, si lo hicieron inicialmente, ese consentimiento ha perdido todo su valor por la coacción, el engaño o el abuso de los traficantes”, analizó UNODC.

Por otro lado, el documento refiere que el tráfico ilícito termina con la llegada de los migrantes a su destino, mientras que la trata implica la explotación persistente de las víctimas para generar ganancias ilegales para los traficantes.

“Desde un punto de vista práctico, las víctimas de la trata también suelen resultar más gravemente afectadas y tener más necesidad de protección frente a una nueva victimización y otras formas de abuso que los migrantes clandestinos”, enfatizó la entidad internacional.

Por último, UNODC concluye en que el tráfico ilícito es siempre transnacional, mientras que la trata puede no serlo: “ésta puede tener lugar independientemente de si las víctimas son trasladadas a otro estado o sólo desplazadas de un lugar a otro dentro del mismo estado”.

LAS ESTRUCTURAS
Según explicó Enríquez, dentro de las estructuras para el tráfico ilegal de personas, es decir las que forman el camino para migrar, existen varias figuras. La primera de éstas es la del “enganchador”.

Estos son los que están en las comunidades y promueven los viajes, se encargan de difundir la información sobre los servicios y la socializan tratando de formar una imagen de confianza, y además dan a conocer los precios y reúnen al grupo que partirá del país.

En un escalón mayor se encuentra el más aludido, el coyote, quien supuestamente se llevará a las personas hacia Estados Unidos. Sin embargo, aquí participan varios actores, pues algunos únicamente transportan a los migrantes a la frontera con México para luego dejarle el grupo a otro sujeto que seguirá el camino.

Enríquez explicó que en un monitoreo realizado el año pasado encontraron la figura del “repartidor”, que en una red de tráfico de personas figuran como los “que ya están del otro lado y que recogen a los migrantes luego de que cruzan el río, para entregarlos a los familiares o amigos que les esperan en Estados Unidos, donde pagan la última parte del dinero por la migración”.

LOS PELIGROS
Cruzar la frontera representa serios peligros para los migrantes, quienes recurrentemente son víctimas de crímenes que van desde asesinatos, desapariciones, robos,  violaciones y extorsiones; la lista es larga, pero más extenso es el miedo para denunciar a los involucrados, dentro de estos, el coyote.

“En algunos casos de desapariciones se sospecha que han sido víctimas de crimen organizado, como masacres o matanzas en México; en otros casos, la familia también sospecha de que fueron víctimas de trata”, indicó Enríquez.

En ese sentido, Enríquez señaló que las mujeres (aunque no se descarta a los hombres) son más vulnerables ante la trata, ya sea para fines de explotación sexual, comercial o explotación laboral.

En los casos con fines de explotación sexual, se ha determinado que las víctimas generalmente son enganchadas desde Guatemala, en base a falsos ofrecimientos; “las personas no lo saben, pero ya están destinadas a eso dentro de la red”, sentencia Enríquez.

LAS INVESTIGACIONES
Alex Colop, jefe de la Fiscalía contra la Trata de Personas, indicó que por trata y tráfico ilegal de personas el año pasado aproximadamente se conocieron 150 investigaciones, mientras que en los primeros 3 meses del 2013 son investigados 20 casos. También fueron sujetos de pesquisas, casos de trata de personas transnacional, adopciones ilegales, trata doméstica, etc.

Sin embargo, Colop subrayó que dicha fiscalía no conoce ningún proceso de investigación en contra de coyotes por abusos cometidos contra los migrantes.

En ese sentido, Enríquez, representante de Menamig señaló que en la mayoría de casos hay miedo de parte de las víctimas y  los familiares para denunciar, principalmente porque los enganchadores, el contacto directo con el coyote, los conocen directamente. Ciertos migrantes que platicaron con La Hora en condición de anonimato, dijeron que no denunciaban al Coyote porque si no lograban llegar a Estados Unidos y si ello no derivaba de engaños y estafas de los Coyotes, éstos seguían representando su mejor oportunidad  para alcanzar el sueño americano y al denunciarlos ponían en riesgo esa posibilidad.

“Hay personas muy conocidas en las comunidades vinculadas, gente con poder. También los afectados no saben dónde denunciar. En el Ministerio Público no hay una fiscalía especial que atienda delitos cometidos contra personas migrantes, por eso cuando llegan a denunciar es verdaderamente un viacrucis, porque los mandan de un lugar a otro”, criticó.

Esto porque si el denunciante señala que fue víctima de secuestro, el caso se remite a la Fiscalía Antisecuestro, si fue amenazado a Delitos contra la Vida, si fue víctima de robo o extorsión es de la misma forma una agencia diferente.

“Hay gente que ha presentado su denuncia y hasta el momento no se sabe qué pasó. Entendemos que el MP tiene muchas denuncias pero necesitamos una Fiscalía Especial para atención a los migrantes”, acotó Enríquez.

Por último, la entrevistada reconoció que una de las razones por las que los migrantes no denuncian es porque consideran que al irse del país de forma ilegal cometieron un delito y en algún momento la situación puede volverse en su contra. 

En tanto, Marcos Yax de la Coalición Nacional de Inmigrantes Guatemaltecos en Estados Unidos, señaló que las autoridades deberían presentar más atención a sus necesidades, puesto que “nos hemos convertido en el pulmón económico del país y como mínimo deberíamos tener prioridad”.

*Nombre modificado por seguridad de la fuente

ILÍCITO
TRATA DE  PERSONAS

Según la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Crimen (UNODC, por sus siglas en inglés), existen varios elementos en el ilícito de trata de personas.

El acto (qué se hace): La acción de captar, transportar, trasladar, acoger o recibir personas.

Los medios (cómo se hace): Amenaza o uso de fuerza, coacción, rapto, fraude, engaño, abuso del poder o de una situación de vulnerabilidad, o la concesión de pagos o beneficios en cambio del control de la vida de la víctima.

Objetivo (por qué se hace): Para fines de explotación, que incluye prostitución, explotación sexual, trabajos forzados, esclavitud, retirada de órganos y prácticas semejantes. Para verificar si una circunstancia particular constituye la trata de personas, considere la definición de trata en el  protocolo sobre tráfico de  personas en los elementos constitutivos del delito, conforme está definido por la  legislación nacional pertinente.

EN CIFRAS
DEPORTACIONES

Según datos de la Dirección General de Estadística, entre enero y marzo de este año han sido deportadas 8 mil 989 personas, incluidos menores de edad; el año pasado, el número de guatemaltecos que vieron truncado el sueño americano alcanzó los 40 mil 647, únicamente por vía aérea.

“Gracias a Dios soy un sobreviviente, porque hay mucha gente que no está acá para contarte esto, para darte el testimonio que yo te estoy dando”.
Alberto
Migrante deportado