¿Niño berrinchudo en la ONU?


Editorial_LH

A juzgar por los comentarios de algunos ignorantes, Guatemala tendrí­a que ir al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a jugar el papel de niño berrinchudo para berrear cada vez que le convenga a Israel, Taiwán o Estados Unidos, sin derecho siquiera a analizar situaciones, sino simplemente jugar el papel de comparsa. No podemos hablar siquiera de que sea una propuesta de polí­tica exterior aldeana porque los aldeanos tienen dignidad y no son simples lameculos como pretenden algunos “expertos” que han pegado el grito en el cielo porque se dijo que el Presidente de Irán podrí­a venir a la toma de posesión del nuevo Gobierno.


 


Cuando ocurre un cambio de gobierno, el paí­s gira invitaciones a todas las otras naciones con las que mantiene relaciones diplomáticas y depende de éstas enviar o no una delegación. Ningún paí­s puede tachar de la lista de invitados a gobernantes de Estados con los que hay esa relación diplomática, por lo que es verdaderamente torpe señalar que se ha cometido un error invitando al Presidente de Irán. Pero lo peor de todo es que se quiere colocar a Guatemala como simple peón, como instrumento alineado, de la polí­tica exterior que marcan paí­ses conflictivos como Israel y Taiwán.
 
 Guatemala llega al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con la potestad y obligación de conocer cada caso que se someta al Consejo sin prejuicios, estudiando los hechos para tomar decisiones. Mandar a la punta de un cuerno al Presidente de Irán para que no venga a Guatemala porque ello “ofenderí­a a nuestros aliados”, léase Israel y Estados Unidos, serí­a como decirle al mundo que nuestro puesto en el Consejo de Seguridad no es para estudiar, analizar, razonar y votar, sino simplemente llegamos a ver cómo quieren que votemos “nuestros aliados” para hacer lo que les agrade a ellos y no les ofenda.
 
 No hemos visto postura más abyecta que la que pretende plantear como un error de polí­tica exterior una invitación diplomática girada a los paí­ses con los que hay relaciones. Ciertamente puede haber extrema ignorancia en el planteamiento, pero es de tal indignidad que es preciso puntualizar que si nuestro paí­s optó por un  puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU no es para hacer berrinches, sino para actuar como un paí­s maduro, serio y responsable en la procura de la paz mundial y en la SOLUCIí“N de conflictos, no en la generación o agravamiento de los que hay o puedan surgir, condiciones que se darí­an si asumimos las actitudes obtusas, fanáticas y abyectas de quienes pretenden que seamos simples marionetas que levantemos la mano cuando en Israel nos den la orden.

MINUTERO:
Para ver a un su hijo
alquiló avión privado;
el Estado ha pagado
su socialismo prolijo