El Partido Republicano inició ayer en St. Paul (Minnesota, norte) su Convención para oficializar la candidatura de John McCain a la Presidencia de Estados Unidos, con una agenda reducida y a la expectativa de los efectos del huracán Gustav que golpea el sur del país.

La atención de los delegados que asisten a la Convención estuvo sobre todo dirigida al impacto de Gustav, que tocó tierra ayer en la costa de Luisiana (sur) hacia las nueve de la mañana (hora de Guatemala), para luego convertirse en un huracán de categoría uno, la más baja posible, aunque aún reviste peligro.
Gustav obligó a los republicanos a cambiar sus planes para el evento que proclamará candidato a McCain.
«Una de las cosas que sabemos sobre los huracanes es que hacen lo impredecible», había dicho McCain el domingo. Por ello «suspendemos la mayoría» de las actividades de ayer.
Así, los republicanos destinaron la primera jornada de su Convención sólo a definir cuestiones de procedimiento y a aprobar la plataforma política del partido de cara a las presidenciales del 4 de noviembre.
Ante la inminente llegada de Gustav, el plan inicial anunciado por los organizadores de la Convención era realizar una conferencia diaria de prensa para indicar, día por día y en función de las noticias sobre el huracán, los planes para el evento, para el cual se esperaba una asistencia de unas 20 mil personas.
Sin embargo, la rueda de prensa de ayer, prevista para las once de la mañana (hora de Guatemala), no tuvo lugar.
Horas antes se conoció la noticia de que una hija menor de la gobernadora de Alaska, Sarah Palin, compañera de fórmula de McCain, está embarazada.
Sarah Palin y su marido Todd emitieron un comunicado en el que confirmaron que su hija Bristol, soltera de 17 años de edad, espera un bebé y planea casarse con el padre de la criatura. Los futuros abuelos se dijeron «orgullosos» de la decisión de su hija de tener al bebé.
Ultraconservadora, cercana a los cristianos fundamentalistas, Palin, madre de cinco hijos y claramente hostil al aborto, fue presentada con bombos y platillos la semana pasada, para atraer a la base más conservadora del Partido Republicano, a la cual el senador por Arizona (sur) no siempre le resulta simpático.
En el recinto del Xcel Energy Center, un estadio de hockey especialmente acondicionado para recibir a los delegados republicanos, las principales oradoras de la jornada fueron la primera dama Laura Bush y quien aspira a ocupar su lugar, Cindy McCain.
«Nuestra primera prioridad es garantizar la seguridad y el bienestar de las personas que viven en la región del Golfo» de México, dijo Laura Bush a los delegados de su partido. A su lado, Cindy McCain pidió a los estadounidenses que depositen dinero en una cuenta abierta por el Partido Republicano para las víctimas del ciclón.
Luego de estas intervenciones, las actividades de la jornada, que duraron apenas un par de horas, se cerraron con una oración colectiva.
A su paso por el Caribe, Gustav dejó un balance provisional de 96 muertos.
John McCain insistió en que hubo buena coordinación en las tareas de prevención con miras a la llegada del huracán.
Aún están frescas en la memoria de los republicanos las fuertes críticas que recibió el gobierno de George W. Bush en 2005 tras el paso del huracán Katrina, por la lentitud y escasez de la respuesta hacia las víctimas. Katrina dejó unos 1.500 muertos sólo en la ciudad de Nueva Orleans.
En la apretada carrera por la Casa Blanca, en la que se encuentra algo rezagado en las encuestas frente a su rival demócrata Barack Obama, lo último que necesita McCain es una andanada de críticas hacia él o su partido por la gestión de un nuevo desastre natural.
La ausencia de Bush, quien no asistirá a la Convención debido a que concentra su atención en Gustav, no será lamentada por algunos republicanos, que con mayor o menor discreción cuestionaban la presencia en el evento de un presidente con muy baja tasa de popularidad.
Las críticas al actual gobierno se hicieron sentir ayer en las afueras del recinto que alberga la Convención, cuando unos 10 mil manifestantes pidieron el fin de la guerra en Irak.