Iniciativa divide a gobierno


El plan de Estados Unidos para que Israel congele la construcción en colonias judí­as de Cisjordania causa divisiones en el gobierno y una fuerte oposición de la ultraderecha y los colonos, pero el primer ministro Benjamin Netanyahu parece en condiciones de imponerlo.


Según cálculos de los politólogos, siete de los 15 ministros del gabinete de seguridad –que decide sobre cuestiones importantes–, incluido Netanyahu, estarí­an dispuestos a votar en favor de la propuesta de la administración de Barack Obama.

Seis se oponen a ella, y dos del Shass, un partido religioso ortodoxo, indicaron que se abstendrí­an. No se ha fijado aún ninguna fecha para un voto en el gabinete de seguridad.

De momento, las principales organizaciones de colonos y de la extrema derecha extraparlamentaria lanzaron una campaña de presión con el objetivo de convencer al Shass, que se halla en posición de árbitro, que se oponga a la congelación.

Por su lado, los palestinos siguen exigiendo una congelación total de la colonización en Cisjordania, pero también en la anexionada Jerusalén Este, para reanudar las negociaciones de paz ahora bloqueadas con Israel. Con ello, dejan a entender que en su forma actual la propuesta de Washington no cumple con sus expectativas.

La propuesta, presentada el domingo en consejo de ministros por Netanyahu tras un viaje a Estados Unidos, prevé una nueva moratoria limitada a 90 dí­as de construcción en colonias en Cisjordania –y sólo en Cisjordania– a cambio de una baterí­a de generosas medidas de apoyo militar y polí­tico por parte de Washington, según fuentes israelí­es.

Entre quienes se oponen están los halcones del Likud, el partido de Netanyahu, así­ como los ministros de la derecha extrema, entre ellos el canciller Avigdor Lieberman.

Pero, según los comentaristas, no están aún en medida de desestabilizar al gobierno de Netanyahu.

«Quienes se oponen a una congelación en el seno del Likud no tienen los medios para llevar a cabo una verdadera rebelión contra Netanyahu», según la radio militar.

Los expertos están persuadidos de que Lieberman, que dirige la formación ultranacionalista Israel Beitenu, no dejará el gobierno si se decide una congelación.

El populista jefe de Israel Beitenu quiere cerrarle el paso al principal partido de oposición, Kadima (centrista), al que Netanyahu podrí­a acudir para constituir una mayorí­a más moderada, y favorable al plan estadounidense.

Netanyahu se ha abstenido sin embargo de exhibir públicamente su apoyo a la propuesta de Washington, al subrayar que «no es aún definitiva», dando a entender que podrí­an haber otras concesiones par parte de los estadounidenses.

«Israel ha presentado varias condiciones que no han sido respetadas. Sólo cuando sean aceptadas el primer ministro presentará la propuesta al gabinete de seguridad», advirtió el domingo por la noche un alto responsable, que pidió no ser citado.

Esta precisión se produce después de que Obama saludara la «seriedad» de Netanyahu y consideró «prometedor» el análisis de una nueva congelación.

Según la radio pública, al elogiarlo, el presidente Obama habrí­a querido influenciar a Netanyahu antes de que Israel haya tomado una decisión oficial.