Tras varias semanas de acefalía, hoy la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala amaneció con nuevo timonel tras el arribo al país del jurista colombiano Iván Velásquez Gómez, quien en el primer día del mes de octubre asume el mandato que recibió de la Organización de Naciones Unidas para el período de trabajo a vencer en el año 2015.

Lo fundamental será establecer si se trata de una misión para enterrar a la Comisión, como desea el presidente Pérez Molina quien ya lo anunció de esa forma, o si se trata de una nueva etapa, que puede ser la final, pero que también podría ser la más importante de la CICIG si se ajustan los ejes de trabajo a combatir realmente la impunidad y desmantelar aparatos clandestinos no sólo desde la óptica de los derechos humanos y crímenes contra la vida, sino a todas las organizaciones criminales existentes y que se dedican al saqueo de los recursos nacionales.
 
 Hoy Velásquez se reúne con el presidente Pérez Molina en su primera aparición pública y obviamente no saldrá de esa reunión un detalle preciso del rumbo que tomará la CICIG, pero es decisivo el encuentro porque a puerta cerrada, Presidente y Comisionado han de medirse mutuamente. Y de ese pulso sin asomo de fuerza, puede surgir la claridad sobre el esfuerzo de los dos años siguientes.
 
 Velásquez tiene una hoja de vida interesante y que es testimonio de su entrega al derecho y a la causa de la justicia en contra de los poderes corruptos que operaban en su país. Evidentemente no sólo es un abogado con conocimiento de los vericuetos procesales, sino también con experiencia en la valoración de la prueba, fundamental para blindar efectivamente los casos que se vayan presentando en el futuro inmediato bajo su dirección.
 
 El problema más serio de Guatemala y que es generador de la actitud tan generalizada de irrespeto a la ley y a las normas de convivencia, es la impunidad, pero no olvidemos que la misma sirve para proteger a los corruptos y se nutre esencialmente de quienes se enriquecen a la sombra de los negocios públicos. Mientras haya corrupción, habrá, por fuerza y necesidad, impunidad en el país porque una y otra se vuelven inseparables compañeras y colaboradoras realmente eficaces para asegurar el éxito de sus empresas.
 
 Hubo rumores de si el retraso en el arribo del comisionado era porque se estaba negociando si su mandato era como enterrador de la CICIG o como Comisionado con pleno poder para actuar en concordancia con el marco legal de la Comisión. Creemos que un profesional con el prestigio y antecedentes de Velásquez no pudo negociar en esos términos y ojalá arranque con el vigor que la tarea exige.

Minutero:
Viene otro caballero 
a luchar contra el gigante, 
esa impunidad campante, 
que tiene asentado su fuero