Inicia la Berlinale


La estatuilla dorada que obtienen los ganadores de la Berlinale. FOTO LA HORA: AFP AXEL SCHMIDT

La gran fiesta del cine internacional en Berlí­n, que comienza hoy, atrae a numerosos apasionados, como Daj, un joven consejero en finanzas que llegó a las 11 de la noche de ayer y durmió en el centro comercial de Potsdamer Platz para comprar entradas para las pelí­culas que le interesan.


Varias personas hacen cola para poder comprar boletos para ingresar a ver las pelí­culas en exhibición de la Berlinale. FOTO LA HORA: AFP BARBARA SAX

«Fui el primero en llegar anoche. Dormí­ hasta las siete de la mañana. Las taquillas abren a las diez. Este centro comercial está abierto toda la noche y ya los vigilantes aceptan que nos quedemos a dormir», dice Daj, todaví­a arropado y sentado en una colchoneta.

En el centro comercial de las Arcadas de Potsdamer Platz las banderas rojas y el gran oso de pie que simboliza a la Berlinale están omnipresentes. En medio de los almacenes que comienzan a abrir sus puertas centenares de personas hacen la fila, unas sentadas y otras de pie, esperando pacientemente como Daj.

«Quiero comprar entradas sobre todo para ver dos pelí­culas, «Mammoth», de Lukas Moodysson, con el mexicano Gael Garcí­a Bernal, y «Rage», de Sally Potter, ambas en concurso. Sé que hay varias pelí­culas sudamericanas, pero a mí­ me interesa sobre todo el cine europeo, las pelí­culas austrí­acas o suecas, es cuestión de gustos», declara.

«Hace dos o tres años quedarse aquí­ era difí­cil, pero ahora no. Antes yo vení­a en la mañana, pero me di cuenta que era mejor pasar el tiempo aquí­, durmiendo. Así­ la espera pesa menos», añade.

Elena, una rusa de 22 años nacida en Rostov on Don, al sur de Rusia, que estudia comunicaciones en Berlí­n desde hace dos años, llegó a las cinco de la mañana de este jueves al centro comercial. Está sentada en una pequeña silla plegable.

«La Berlinale es un evento muy interesante. Traté de comprar entradas por internet, pero era imposible, no lo conseguí­, así­ que esta mañana madrugué. Quiero comprar entradas para «Mammoth» y «The private lives of Pippa Lee», de Rebecca Miller», dice.

Otro de los que esperaba pacientemente la apertura de las taquillas era el ingeniero informático Bodo, quien llegó a medianoche con su novia. Los dos estaban aún casi acostados, envueltos en sus cobijas.

«LLegué a las doce de la noche. Uno tiene que adelantarse si quiere comprar entradas. Luego se agotan, ya nos ha ocurrido. Hay pocos tiquetes en venta. Queremos sobre todo comprar entradas para «Rage», la pelí­cula de Sally Potter», dice.

La fila en el centro comercial es cosmpolita. Hay japoneses, ingleses y rusos esperando.

A pocos metros de Potsdamer Platz, se encuentra el hotel Ritz Carlton, donde se hospedan estrellas como Kate Winslet y Michelle Pfeiffer. Varios camarógrafos y fotógrafos aguardan su salida.

Pocas horas antes de la apertura de la Berlinale, el centro de la ciudad es un hervidero de apasionados por el cine. Una joven distribuye en la entrada del metro la revista especializada hollywoodense «Variety».

Como una buena premonición la portada está dedicada a la pelí­cula de la argentina Lucí­a Puenzo, «El niño pez», proyectada en una de las sesiones pararelas de la Berlinale.