Inicia juicio contra Cavallo


El antiguo oficial argentino naval Ricardo Cavallo fue trasladado de España a Argentina, en donde inició juicio.

El capitán retirado de la marina de guerra argentina Ricardo Cavallo llegó este lunes a Buenos Aires, extraditado desde España, para ser juzgado por decenas de crí­menes en la última dictadura militar (1976-1983), informó la policí­a aeronáutica.


Cavallo (56 años), alias «Sérpico», está considerado uno de los más sanguinarios represores de aquel régimen y su base de operaciones fue el centro clandestino de detención en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), por donde pasaron unos 5.000 prisioneros, en su mayorí­a desaparecidos.

El marino apareció esposado, protegido con un chaleco antibalas y custodiado por policí­as de Interpol en el aeropuerto de Ezeiza (al sur de la capital), de donde salió a bordo de un automóvil, en medio de fuertes medidas de seguridad.

Entre otros crí­menes, se le atribuye la participación en las muertes del escritor y periodista argentino Rodolfo Walsh y de la fundadora de la organización de derechos humanos Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor.

El gobierno español habí­a decidido en febrero conceder la extradición a pedido del juez argentino Sergio Torres, y ese trámite tuvo lugar la madrugada de este lunes pese a la opinión contraria de la fiscalí­a, partidaria de juzgarlo primero en Madrid como paso previo judicial indispensable.

La Justicia argentina acusa a Cavallo de los delitos de asesinato, detención ilegal, torturas, extorsión, robos con violencia e intimidación y falsificación documental cometidos durante la dictadura.

Cavallo también actuó en el llamado «Centro Piloto de Parí­s», una organización de inteligencia montada por la dictadura en la embajada en Francia, destinada a detectar y perseguir a exiliados en Europa, según investigaciones de la Justicia argentina.

La Fiscalí­a de la Audiencia Nacional española pedí­a para Cavallo entre 13.000 y 17.000 años de cárcel.

El juez español Baltasar Garzón fue quien habí­a conseguido en 2003 la extradición del ex militar argentino desde México, donde fue detectado y detenido hasta que se concedió el pedido de la justicia española.

Cavallo habí­a pedido la baja de la marina de guerra en 1990 y se radicó en México como empresario e integrante de un consorcio que ganó una licitación gubernamental para operar el Registro Nacional de Vehí­culos.

El capitán será alojado en la cárcel de Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires (centro-este), donde otros militares y policí­as están cumpliendo condenas o esperando el juicio oral por delitos de lesa humanidad, dijo una fuente judicial.

El juicio en España habí­a sido tramitado bajo la acusación de cometer 227 desapariciones de personas, 10 secuestros, 152 lesiones y 407 hechos de terrorismo. En Argentina quedará encuadrado en la investigación en gran escala que se lleva por el funcionamiento de mazmorras en la ESMA, donde se cometieron torturas y exterminio de opositores.

Cavallo fue identificado por sobrevivientes como uno de los jefes de una oficina llamada «La pecera», ocupada de inteligencia y espionaje de la prensa, que funcionaba en el casino de oficiales de la ESMA, donde también fueron instaladas las cárceles clandestinas y las salas de torturas.

A Cavallo le adjudica la Justicia argentina haber intervenido en el secuestro por un comando de la marina del llamado Grupo de Madres de la Iglesia de la Santa Cruz, embrión de las Madres de Plaza de Mayo, que reclamaban por sus hijos desaparecidos.

Junto con la fundadora de Madres fueron secuestradas las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon, que colaboraban con la causa humanitaria.

Los cadáveres de Villaflor y de la monja Duquet, entre otros, fueron arrojados al mar en los llamados «vuelos de la muerte» de la marina de guerra.

Pero los restos fueron arrastrados por las aguas hacia las costas y debieron ser enterrados en forma clandestina en la época dictatorial hasta ser recuperados por la Justicia argentina.

Las demás ví­ctimas permanecen desaparecidas.