El Ministerio de la Defensa debe evaluar si todos los inmuebles que tiene dentro de su patrimonio son realmente necesarios para su función y aquellos que no lo sean deben devolverse al patrimonio general o entregarse en usufructo a los ministerios y a las dependencias que puedan utilizarlos adecuadamente y no continuar con la polí­tica de «a como dé lugar» mantener terrenos e instalaciones que no utilizan y que no dejan utilizar. En cuanto a su recurso humano debe determinarse cuáles serán sus acciones reales, serán determinantes en la seguridad, combatirán la delincuencia y la criminalidad o simplemente no evolucionarán, lo cual serí­a lamentable, ya que se estarí­a destruyendo el futuro de los oficiales jóvenes que continuamente egresan de la centenaria Escuela Politécnica.

El Ministerio de Educación tiene el mayor presupuesto del Estado, el mayor número de trabajadores y también la mayor responsabilidad del presente y del futuro. Sin una educación eficiente, adecuada al mundo actual, no debe continuar enfocada a aspectos históricos y tradicionalistas que sólo crean atraso y frustración en los millones de niños que dependen de una adecuada preparación. Son los empleados mejor pagados, con menor número de horas de trabajo y los que tienen mayor responsabilidad humana. La mayorí­a de maestros tienen la vocación y el deseo de educar, por ello es indispensable que eficienten su rol y no se dejen manipular por seudo dirigentes o por terceros interesados en el beneficio personal y no en la labor educativa nacional.

El Ministerio de Salud debe saberse complementar con el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y aplicar el cacareado, estudiado y dado mil vueltas, programa de salud preventiva y curativa; no hacerlo sólo significa el fracaso de los médicos, especialmente de los que dirigen polí­tica y administrativamente ese ministerio.

El Ministerio de Cultura y Deportes debe de emular el trabajo que permitió que del año 2000 al 2004 se efectuaran impresionantes exposiciones de cultura maya y de pintura y escultura colonial en España y Austria, las cuales en un tamaño más reducido también se presentaron en Japón y Taiwán. No podemos ser el paí­s más rico del mundo en estelas, vasijas y demás objetos mayas y tenerlos almacenados sin que los conozca nadie. Nuestra cultura y nuestros tesoros son tan grandes que perfectamente llenarí­an un museo como el egipcio. Por qué no mantener a nivel mundial las exposiciones en rotación cuando lo único que se tiene que hacer es, como ya se hizo, coordinarse con entidades ricas y darle a conocer al mundo esa gran riqueza. La prueba que se puede hacer lo indicado son las exposiciones señaladas, cuyo costo económico para Guatemala fue cero, pero que han estimulado el turismo y el respeto cultural.

El Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales debe despertar, debe defender los bosques, el agua y si es necesario impedir cualquier explotación minera o petrolera que no cumpla con las normas internacionales y le dé ingresos al Estado por lo menos iguales a las utilidades que en la explotación obtienen las empresas particulares extranjeras.

Del Ministerio de Gobernación es tanto lo que hay que hablar y tan poco lo que han sido capaces de realizar que lo dejó en puntos suspensivos, esperando que funcione aunque sea mí­nimamente y deje de ser el mayor hoyo negro de Guatemala. «Querer es poder».