Una joven mujer inmigrante guatemalteca y sus dos hijas asesinadas a puñaladas hace una semana en Queens, Nueva York, por el esposo y padre de las víctimas, fueron inhumadas ayer en el cementerio Candelaria, en el cantón Juchanep, en medio de muestras de pesar y solidaridad comunitaria, informó la radio.
La víctima era Daisy García, de 22 años, originaria del occidental departamento de Totonicapán, en el altiplano guatemalteco, junto a sus hijas Yaslin Mejía, de un año, y Daniela Mejía, de dos años.
Los tres cuerpos fueron sepultados en diferentes ataúdes, pero en un mismo espacio en un camposanto de la comunidad Juchanep, en el departamento de Totonicapán.
El gobierno de Guatemala se encargó de coordinar y cubrir el costo de repatriación de los cuerpos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores había declarado que lamentaba el asesinato de la mujer y sus dos pequeñas hijas.
En la capital, el arzobispo de Guatemala, Julio Vian, durante la misa dominical en la Catedral Metropolitana, lamentó el suceso y deploró la violencia.
Por este hecho las autoridades de Nueva York detuvieron al esposo de García, Miguel Mejía Ramos, de nacionalidad mexicana.
Este confesó que enloqueció al ver una foto de ella con otro hombre.