Inguat: cínica aclaración


Editorial_LH

El pasado martes, luego de entrevistar a la encargada de comunicación del Instituto Guatemalteco de Turismo, de solicitar declaraciones del Director del Inguat y del señor Fernando Paiz de la fundación que promueve la construcción de un museo en el terreno donde está situado el Mercado de Artesanías, publicamos que esa institución está por entregar el terreno a una fundación privada mediante un usufructo que se maneja, evidentemente, en forma silenciosa.


El Inguat envió el mismo martes una aclaración diciendo que la información no estaba apegada a la realidad. En la página de Internet de La Hora los lectores podrán escuchar el audio de la conversación que nuestra redactora tuvo con la encargada de comunicación, quien habla del usufructo por cincuenta años y de los planos que se están elaborando bajo la coordinación del señor Fernando Paiz para realizar el Museo del que habla todo el tiempo como una realidad.
 
 Dice la pretendida aclaración que esas noticias le hacen daño a los vendedores porque sus proveedores luego no les dan crédito. En la nota citamos a vendedores que fueron los que trasladaron la información porque están preocupados por su futuro. Ellos mismos dijeron que cuando fueron al Inguat a indagar, los enviaron a que hablaran con el señor Fernando Paiz, quien los atendió muy cordialmente para comunicarles que sus arrendamientos no serían renovados porque el terreno sería destinado a un museo.
 
 Se pidió información al señor Pablo Duchez, quien pidió varias semanas de tiempo para responder y también se solicitó información al promotor del proyecto para construir un museo privado en terrenos públicos, pero no obtuvimos ninguna respuesta.
 
 La Hora agotó los medios para obtener información y trasladó lo que dijeron los inquilinos y los funcionarios que quisieron hablar.
 
 Nos preocupa el secreto porque si es un proyecto de interés nacional nada malo tendría que se ventile abiertamente en todas sus fases y no cuando ya es golpe dado contra el que no hay quite, como pasó con el Puerto Quetzal.
 
 Nos preocupa la forma en que se dispone de bienes públicos en beneficio de particulares que hacen negocios, como sucede con la Universidad del Istmo, que cobra a sus alumnos y funciona como negocio, no obstante que se asentó en un terreno del Estado que les entregó el presidente Berger en una disposición muy generosa a favor del Opus Dei.
 
 Esos terrenos son, en última instancia, patrimonio del pueblo y tenemos derecho a saber cuándo se van a enajenar de alguna forma. No son terrenos propiedad del Presidente, del director de una institución, ni del Alcalde. Son bienes públicos que le pertenecen a todos los guatemaltecos. No estamos contra ningún museo sino contra que armen pasteles para luego entregarlos ya cocinados.

Minutero:
Los negocios los cocinan
en riguroso secreto;
al pueblo lo marginan
y le avisan por decreto