Ingenuidad


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La ingenuidad es vista como una virtud que expresa inocencia, pureza y ausencia de malicia. Los niños son relacionados con esta caracterí­stica. Las personas quienes la poseen en abundancia se manifiestan como un libro abierto a las demás.

Dra. Ana Cristina Morales Modenesi
www.Psicoterapia.com.gt

 


La persona ingenua confí­a y confiar está en desuso, sin embargo es una necesidad para la salud mental.  Mira las cosas de manera simplista, sin ver pormenores retorcidos.  Puede poseer también una visión distorsionada de la realidad al sólo observar las cosas buenas y la buena voluntad de los otros.

Con el correr del tiempo se dice que la ingenuidad se va perdiendo ante experiencias de vida que muchas veces resultan de forma adversa.  A un niño se le puede convencer a confiar con un halago, un cumplido, un dulce, una caricia o un juguete.  En los adultos aunque parece más difí­cil hacerlos confiar, los ingenuos son susceptibles a creerlo todo.  Estos sí­ que son presa fácil de timar.

Son traicionados con falsas promesas y engaños, caen ví­ctimas de su credulidad.  Sin embargo, pese a lo también dañino que pueda ser la persona ingenua, esta es enaltecida al grado de nobleza.  Pero en realidad al ingenuo se le observa como tonto, bueno pero al final tonto.  Porque no es capaz de ver los espejismos de su alrededor.

La ingenuidad es cultivada por las familias que requieren de sus hijos honestidad, pureza e integridad.  Pero, a lo mejor no se dan cuenta de lo indefensos que se encuentran formando a sus hijos en un mundo en el que se requiere que se piense mal.

Pese a los cambios  drásticos, fluctuantes y violentos  que se han venido observando dentro de la sociedad guatemalteca,  considero que de una forma idiosincrásica persiste la ingenuidad dentro de mucha de la población.  Somos medios nitos o nitos completos. El éxito de un partido polí­tico en las elecciones a veces se debe a que se creyó en un muy buen eslogan o discurso. El colmo, aún la gente que se involucra en actos ilí­citos como el narcotráfico es vandalizada por foráneos.

Las estrategias de los ladrones y corruptos no tienen necesidad de muchos cambios,  ya que se sigue cayendo en el engaño de la misma manera una y otra vez. Se brinda confianza con mucha facilidad y se espera la reciprocidad. El ingenuo cae en las trampas por convicción y voluntad, sufre de enojo y arrepentimiento.  A veces aprende, pero en diversas oportunidades sus actos se repiten como un cruel destino.

No cabe duda que confiar y aprender a confiar es necesario.  Pero también es cierto que la desconfianza se encuentra como una necesidad manifiesta para la sobrevivencia.  Pero, mientras más necesitemos de la utilización de la desconfianza, más problemas de salud mental surgirán.

Así­ que, lo mejor será que encontremos un punto intermedio que nos ayude a visualizar mejor las cosas.