Un informe de la Procuraduría de Derechos Humanos y una investigación de campo realizada por Diario La Hora constataron la negación de los servicios de salud en los hospitales públicos, que se encuentran saturados y carentes de recursos, personal e insumos para atender la demanda de atención médica de los guatemaltecos.
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El Procurador de los Derechos Humanos (PDH), Sergio Morales, confirmó «la violación al derecho humano a la salud de la población guatemalteca por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social».
Morales basó su resolución en una investigación realizada con informes de las autoridades de los hospitales públicos y el Ministerio de Salud, entrevistas, análisis e inspecciones, en las que también participaron administrativos, médicos, enfermeras y usuarios de los servicios de salubridad.
El Magistrado de Conciencia declaró que la cartera de Salud Pública no garantiza instalaciones adecuadas, medicamentos suficientes y equipo médico para análisis y diagnósticos, y destacó la falta de control en la calidad de atención proporcionada por el personal médico, y la falta de medidas de higiene y seguridad en el manejo de desechos
Por su parte, Diario La Hora realizó investigaciones a lo interno de los hospitales Roosevelt y San Juan de Dios, en las que constató la precariedad en la calidad de los servicios de salud pública, al extremo que algunos pacientes reciben una atención tardía e inadecuada que hace más difícil su curación. Esto, a pesar de que el Gobierno del presidente ílvaro Colom declaró una política de «gratuidad en la salud» y a lo largo de su gestión autorizó el traslado de millonarios fondos públicos a la cartera de Salud, bajo el supuesto de mejorar ese servicio para los guatemaltecos, pero los fondos se desviaron a los programas sociales de Cohesión Social.
INVESTIGACIONES
De acuerdo con el informe de la PDH, uno de los problemas más serios es la falta de espacios adecuados para atender a los pacientes, pues «las instalaciones e infraestructura de los hospitales no han sido modificadas desde su fundación», de tal manera que el «espacio físico es insuficiente e inadecuado para atender y para albergar a la masiva cantidad de pacientes que necesitan atención urgente y cuyas enfermedades requieren internamiento.
Otro de los hallazgos es que los medicamentos no son proporcionados en la calidad y cantidad adecuada, y que el personal humano contratado no es suficiente y no cuenta con los insumos necesarios para el desempeño de sus funciones.
Alma de Diéguez, una paciente del Hospital San Juan de Dios, indicó que previo a una consulta médica estuvo obligada a permanecer de pie durante casi tres horas en las afueras del nosocomio. «Cuando entré con la doctora tenía mucho dolor provocado por los cálculos que me salieron en la vesícula, y casi no me podía mover por el frío y el cansancio», dice, mientras hace una fila para conseguir medicamentos.
Por otro lado, Liseth Pérez, paciente de rehabilitación del Hospital Roosevelt, dijo «que los malos olores son frecuentes en todo el hospital. Yo vengo desde muy lejos y no me atienden temprano, es injusto porque me ha tocado traer a mis hijos hasta aquí».
Carmen Flores llevó a un familiar a la emergencia de dicho hospital para que le trataran una fractura por caída y comentó que «tienen a las personas con golpes grandes y abiertos en los pasillos; eso lo enferma a uno y de ver todo eso hasta el dolor se le quita (ríe) a los pacientes, pero tenemos la necesidad».
La situación de la red hospitalaria no ha superado la crisis que mantiene desde varios años atrás y lejos de mejorar la situación, ha empeorado, debido en buena medida a la inacción de las autoridades.
«Se establece que a pesar de la obligatoriedad que enfrenta el Estado de Guatemala, en relación a garantizar al ser humano, los servicios integrales de salud de forma gratuita, las autoridades de dicho Ministerio no han dotado a los hospitales nacionales de medicamentos, insumos y equipo necesario, ni han contratado personal médico y de enfermería a efecto de que se atienda de forma integral», dice el PDH.
Maria del Rosario Jocholá, médico general del Centro de Salud Primero de Julio, manifestó que «el centro tiene varias carencias como lo es falta de personal médico y enfermería, insumos, medicina y ambulancias».
«Dos médicos atienden todo el día; pero el especialista que trabaja las 24 horas mira un aproximado de 150 pacientes diarios, sin contar los que miran otros médicos».
«Es necesario más medicamentos, hay pero está limitado porque solo tenemos para fiebre como acetaminofén, en gotas y tabletas, pero cuando llegan con fiebres altísimas hay que inyectarlos pero como no tenemos, los familiares deben comprar la medicina en las farmacias.»
RECONOCE FALTA DE PRESUPUESTO
El vicepresidente y doctor Rafael Espada dijo que las redes hospitalarias tienen grandes deficiencias para cumplir con la demanda de salud pública, porque no se cuenta con un presupuesto adecuado.
«La salud pública tiene carencias y todo el sistema es complicado, porque el Ministerio tiene un bajo presupuesto y pongamos a quien pongamos, esto no se podrá solucionar hasta que no mejoremos en el tema presupuestario».
«Hay que hacer revisiones de fondo porque la estructura del ministerio está mal. Por eso, también hay que aumentar el presupuesto y unificar esfuerzos para elaborar una planificación conjunta con el Colegio de Médicos, el Gobierno, empresarios y sociedad civil.»
Espada manifestó su preocupación por la reducida capacidad que tienen los hospitales del país, y sobre las epidemias que viven los guatemaltecos.
«Es deficiente el número de hospitales y es lo menos importante; porque lo que sí es preocupante es la falta de salud preventiva, porque en cientos de municipios no hay agua potable, y por otra parte el alcohol y sobre todo, las armas, provocan violencia.»
«Ahora hay que estar más preparados porque existen diez epidemias como la falta de salario, VIH/SIDA, tensión, desnutrición y la más severa es la violencia, que provoca que más personas asistan a los centros hospitalarios».
«La falta de médicos es de suma preocupación porque hay una cantidad grande de deficiencias, sobre todo en el área rural y urbana; porque ahora las universidades no están graduando a médicos generales, sino con una sola especialidad y eso afecta la población; y sobre todo que las áreas pobres son las abandonadas por falta de médicos; por eso es importante solicitarle al Congreso de la República más presupuesto para solventar la crisis que vive actualmente la población», finalizo Espada.
El relator de la ONU sobre derecho a la salud, Anand Grover, consideró alarmante la escasez de recursos sanitarios dedicados a los pueblos indígenas de Guatemala.
Tras concluir una visita de una semana a Guatemala, Anand Grover señaló que la tasa de mortalidad entre mujeres indígenas es tres veces mayor que las de las mujeres que no lo son. Lo mismo ocurre con la mortalidad infantil.
Muchas de esas muertes se podrían haber evitado, pero existe una ausencia casi total de servicios primarios y secundarios de salud en esas comunidades.
Grover dijo que el Gobierno no tiene una política integral de sanidad para esos pueblos y advirtió sobre la urgencia de brindarles una atención que tenga en cuenta sus particularidades culturales y lingí¼ísticas.
Consideró que, aunque se está progresando en la realización del derecho a la salud para todas las personas en Guatemala, aún queda un largo camino por recorrer.
«Los graves problemas estructurales requieren mayor compromiso y voluntad política. Se necesita con urgencia un plan nacional de salud integral para cumplir con las obligaciones internacionales del gobierno. Dado que los indicadores son tan graves, la situación requiere también de cambios estructurales a largo plazo, implementados de forma dirigida y coherente, en relación con la seguridad alimentaria, la educación, la seguridad social, el empleo y la reforma agraria – todos los cuales son aspectos relevantes para la salud», apuntó el experto.