Informe final sobre matanza en Irlanda del Norte


Los familiares de las ví­ctimas sostienen imágenes de sus seres queridos. FOTO AFP / Peter Muhly

El gobierno británico publica hoy el informe final de una investigación de 12 años sobre el «Bloody Sunday», uno de los episodios más negros del conflicto de Irlanda del Norte, que se saldó con 14 manifestantes católicos muertos por disparos de soldados británicos en 1972.


Las conclusiones de esta investigación judicial, considerada la más larga y costosa de la historia británica, serán divulgadas simultáneamente a las 14H30 GMT en Londres por el primer ministro británico, David Cameron, y en Londonderry, escenario de la matanza.

Las familias de las ví­ctimas y los soldados implicados tuvieron acceso desde la mañana al informe de 5.000 páginas que examina los acontecimientos del 30 de enero de 1972. Ese dí­a, paracaidistas británicos mataron a 13 católicos desarmados e hirieron a otros 14 -uno de los cuales sucumbió posteriormente a sus heridas- al abrir fuego contra los participantes en una marcha a favor de los derechos civiles en Londonderry, la segunda ciudad norirlandesa.

Unos 60 familiares de ví­ctimas desfilaron antes en silencio y portando fotos en blanco y negro de sus seres queridos por el recorrido de la trágica manifestación de Londonderry, que los católicos llaman simplemente Derry.

Una primera indagación del caso realizada por el juez John Widgery, menos de tres meses después de los hechos, exoneró de responsabilidad a los militares, alegando que respondieron a disparos de los manifestantes, a pesar de que no se encontró ningún arma y ninguno de los soldados resultó herido.

En enero de 1998, el primer ministro británico Tony Blair encargó al juez Mark Saville esta segunda investigación cuyo coste final ronda los 200 millones de libras (295 millones de dólares, 240 millones de euros).

Según la prensa británica, la nueva investigación deberí­a absolver a las ví­ctimas, aunque también podrí­a llevar al enjuiciamento de algunos de los soldados involucrados, hoy todos retirados.

Sean cuales sean las conclusiones del informe, elaborado a partir de 2.500 testimonios, éstas podrí­an de avivar las tensiones en una provincia donde las comunidades católica y protestante no están aún totalmente reconciliadas.

El «Bloody Sunday» (Domingo sangriento) fue uno de los episodios clave en el conflicto entre católicos independentistas y protestantes unionistas que dejó más de 3.500 muertos a lo largo de tres décadas y que concluyó con el acuerdo de paz del Viernes Santo en 1998.