Inflación acelerada


Hugo Chávez, presidente de Venezuela, uno de los paí­ses que ha enfrentado una inflación más acelerada.

El crecimiento económico que registran varios paí­ses de América Latina impulsa brotes inflacionarios que sus gobiernos -con mayor o menor éxito- intentan controlar, adoptando medidas que desagradan a los trabajadores o a los empresarios.


La inflación acumulada de Venezuela alcanzó 9,4% en los primeros ocho meses de 2007, al subir 1,1% en agosto, por lo que muchos analistas estiman dudoso que cierre el año por debajo de 12% como espera el gobierno.

Pedro Palma, experto en macroeconomí­a de la escuela de negocios IESA, prevé que Venezuela cerrará el año con una «inflación en torno al 18%-19%», ya que en ocasión del referendo constitucional que se avecina, «el gobierno hará esfuerzos para incrementar el gasto con la finalidad de tener una votación más favorable», con la inyección ví­a gasto público de los abundantes recursos petroleros.

En Bolivia, el índice de Precios al Consumidor (IPC) subió 1,59% en agosto, llevando a 8,12% la cifra en lo corrido de 2007.

Los datos macroeconómicos ya han superado con creces toda previsión del gobierno del presidente Evo Morales, que en enero estimó que la inflación para todo el año fiscal serí­a de 3,7%, menos que el registrado en 2006 que llegó a 4,95%.

El aumento de los precios minoristas en Argentina se convirtió en el mayor dolor de cabeza del gobierno del presidente Néstor Kirchner, quien a tres meses de cesar su mandato no ha podido controlar la inflación.

Para colmo, el gobierno se enredó en una dura controversia por las denuncias judiciales y polí­ticas de intromisión de funcionarios en el instituto oficial de estadí­sticas INDEC para realizar una supuesta manipulación de los indicadores.

El Indice de Precios al Consumidor (IPC) lleva un alza de 5,0% en lo que va del año, pero las consultoras económicas y los organismos de defensa del consumidor calculan que el aumento real ronda entre 15% y 20%.

«Para tener una idea de la inflación real hay que seguir de cerca los í­ndices de ciudades de provincias (y no el oficial que se ciñe a la capital argentina y su periferia) porque el indicador es casi el triple», dijo Artemio López, de la consultora privada Equis.

El repunte económico acumulado de 45% en los últimos cuatro años serí­a la principal causa de la inflación, según el enfoque gubernamental.

Pero el método elegido por el Gobierno para combatir la inflación fue una polí­tica de precios concertados, que ha merecido severas crí­ticas de sectores empresariales, la mayorí­a de los cuales no los respeta y ajusta sin pausa sus precios.

El gobierno respondió a las crí­ticas con el argumento de que hay corporaciones financieras interesadas en que se dispare la inflación porque son poseedoras de bonos de la deuda argentina ajustados por la evolución de precios minoristas, lo que les reporta suculentas ganancias.

La inflación se aceleró también en Brasil al situarse en 0,47% en agosto y alcanzó una tasa anual de 4,18% tras el 3,74% registrado en julio.

La tasa de agosto prácticamente duplica la de julio que fue de 0,24%.

El alza acumulada de precios desde el comienzo de año alcanza 2,80% contra 1,78% en el mismo perí­odo de 2006.

El presidente Luiz Inacio Lula da Silva reiteró el jueves que el objetivo de su gobierno el de mantener la inflación anual en cerca de 4,50%.

«No vamos a permitir que vuelva la inflación», dijo Lula. «Cuando la inflación alcanza los dos dí­gitos, nadie la puede aguantar. Y nosotros no vamos a permitir que la inflación se salga de la meta,» añadió.

El alza fue empujada por los productos alimenticios, que pesan un 62% en la tasa y aumentaron 1,39%, dijo el instituto.

El ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, admitió que existe «una presión de la demanda. Está creciendo 13% y es normal que haya alguna presión sobre los precios», señaló Mantega pero indicó que no admitirá «abusos». Para hacer frente a esos eventuales «abusos» admitió la posible reducción de tarifas de importación para algunos productos, una opción que no es bien vista por los productores nacionales.

Pese a que la economí­a chilena crecerá este año más que lo previsto -entre 5,75% y 6,25%- preocupa a las autoridades la inflación, que alcanzarí­a un 5,5%, la más alta en una década, impulsada por los alimentos y las tarifas eléctricas.

En Chile, el Banco Central, en su informe al Senado, corrigió fuertemente al alza sus proyecciones de inflación para este año, desde un 2,8% a un 5,5%, la cifra más alta desde 1997, cuando se registró un incremento de 6%.

La mayor inflación, de acuerdo con el Banco Central, obligará a seguir disminuyendo el estí­mulo monetario, con un consiguiente aumento de la tasa de interés interbancario, fijada ahora en un 5,5%.

En Uruguay, el Banco Central endureció el martes su polí­tica monetaria con un aumento de la tasa para operaciones a 24 horas a 5%, tras un aumento del IPC de 1,73% en agosto, una variación de 8,22% en lo que va del año, superando la meta tope de 6% para 2007.

La oposición estima que el aumento del gasto público, así­ como los aumentos salariales, presionan la inflación al alza.