La comunidad médica estadounidense continúa reclamando que se levanten las restricciones federales al financiamiento de la investigación sobre células madre embrionarias, que estiman esencial para comprender mecanismos fundamentales de la vida y tratar varias enfermedades incurables.
Luego de la Cámara de Representantes en enero, el Senado debe adoptar este miércoles un texto que elimina las trabas a este tipo de investigación impuestas por el presidente George W. Bush en 2001 en nombre de la protección de la vida desde la concepción.
Bush, que debería oponer por segunda vez su veto a este texto, impidió desde 2001 a los investigadores subvencionados con fondos federales producir nuevas líneas de células madre provenientes de embriones humanos, obligándolos a limitarse a las líneas existentes, de las cuales sólo una veintena son actualmente utilizables.
Las células objeto de la controversia provienen de embriones excedentes dejados por las parejas que se someten a tratamientos de fecundación in vitro.
El presidente Bush y sus aliados de la derecha cristiana se oponen a la investigación con estas células porque estiman que su uso lleva a la destrucción del embrión, al que consideran como una vida humana, aún cuando éstos son de todos modos destruidos luego de un tiempo por las clínicas especializadas en fertilización in vitro.