La industria de las computadoras personales necesita una inyección de energía, y para ello espera contar con mayores ventas en los mercados emergentes y de las computadoras tipo tableta.
SANTA CLARA / Agencia CERIGUA
Los mercados de las computadoras personales en Estados Unidos y Europa han ingresado en una fase nueva y peligrosa: menos personas están comprando computadoras personales nuevas a causa de la incertidumbre económica, la saturación del mercado y el ascenso de atractivos aparatos como el iPad de Apple.
Se prevén ulteriores señales de tensión a medida que los fabricantes de computadoras personales y sus abastecedores de componentes difundan sus ganancias trimestrales a partir de esta semana.
Pero que nadie se confunda: la computadora personal persiste como la columna vertebral del mundo digital, pues mantiene el dinamismo en el comercio electrónico, las redes de socialización y demás.
Es un elemento que está firmemente colocado en los hogares y las empresas en los países industrializados. Más de un millón de computadoras personales se venden cada día y la industria es más grande que nunca.
Sin embargo, las ventas mundiales se han desacelerado en los últimos años. Los mercados de Estados Unidos y Europa es a los que más mal les ha ido y han resentido en fecha reciente las declinaciones en comparación con el año previo.
Firmas investigadoras de mercado como IDC y Gartner Inc. dijeron la semana pasada que los envíos de computadoras personales en el mundo aumentaron apenas poco más de 2% en el segundo trimestre, muy por abajo de las expectativas de ambas firmas.
Una de las preocupaciones más urgentes es que la computadora personal se ha vuelto omnipresente en diversos mercados. Esta coyuntura suscita en la industria un problema clásico de negocios: cómo encontrar nuevas formas para comercializar un producto ya establecido.
Aunque es verdad que es necesario actualizar las computadoras con regularidad, las empresas apenas comienzan a gastar de nuevo a medida que prosigue la recuperación lenta de la economía.
Los consumidores están actualizando sus máquinas, menos seguido, y optan por gastar su dinero en los aparatos manuales más recientes.