Techos de fibra de carbono. Parabrisas de plásticos. Parachoques de espuma de aluminio.
Lo que suena a experimento científico podría ser tu próximo auto.
Aunque los vehículos híbridos y eléctricos acaparan los titulares, la verdadera frontera en el rendimiento de combustible está en el uso de materiales más ligeros.
Los fabricantes de vehículos han experimentado desde hace décadas con el uso de materiales más livianos, pero el tema ha cobrado urgencia con la adopción de nuevas normas de rendimiento de combustible más estrictas en Estados Unidos. Para cumplir las metas del gobierno de duplicar el rendimiento de combustible promedio a 19,1 kpl (45 mpg) para 2015, los autos necesitan perder algunos kilos.
Más ligero no significa menos seguro. Los autos con nuevos materiales ya han empezado a destacarse en las pruebas de impacto del gobierno. Cerca de 30% de los nuevos vehículos ya tienen techo de aluminio, que absorben la misma cantidad de energía que el acero en un choque. Algunas compañías automotrices se han aliado con fabricantes de aviones, que tienen una añeja base de datos sobre simulaciones de impacto para los materiales ligeros.
Ford ofreció la semana pasada un vistazo al futuro con un Fusion ligero.
El prototipo, desarrollado con el Departamento de Energía de Estados Unidos, es unos 360 kilos (800 libras) más ligero que un Fusion regular, gracias a decenas de modificaciones en partes y materiales.
El panel de instrumentos está hecho con un compuesto de fibra de carbono y nylon en lugar de acero. La ventanilla trasera está hecha con el mismo material plástico que cubre los celulares.
El auto tiene discos de freno de aluminio, que son 39% más ligeros que los de hierro, y rines de fibra de carbono, que son 42% más ligeros que los de aluminio.
Como es más ligero, el prototipo puede usar el mismo motor pequeño que se emplea en el subcompacto Fiesta, que tiene un rendimiento nominal de 19 kpl en carretera.
El auto no saldrá pronto a la venta. Por un lado, es sumamente caro. Sus asientos, por ejemplo, cuestan 73 dólares cada uno porque tienen armazón de fibra de carbono. Los mismos asientos de acero cuestan 12 dólares.
Aun así, los prototipos ayudan a Ford y otras compañías a hallar la combinación ideal de materiales.
«Estas son tecnologías que irán impregnando los vehículos en los próximos tres o cinco años», dijo Matt Zaluzec, líder técnico de Ford para investigación de materiales y manufactura.
Morgan Stanley calcula que si se eliminan 50 kilos a cada uno de los mil millones de autos que hay en el mundo se podrían ahorrar 40 mil millones de dólares en combustible cada año.