Mientras se preparan para presentar sus modelos nuevos esta semana en la 82 Feria Internacional Automovilística de Ginebra –uno de los acontecimientos más importantes en el calendario del sector–, los fabricantes se han visto forzados a luchar por una cada vez menor porción del mercado europeo, golpeado por la austeridad y la recesión.
Además, los fabricantes de vehículos también han tenido que confrontar el hecho incómodo de muchas de sus líneas de producción que están inactivas y consumiendo fondos valiosos.
Ejecutivos de la rama, incluido el director ejecutivo de Fiat y Chrysler Sergio Marchionne, han calculado que la industria automotriz de Europa tiene capacidad de producir 20% más vehículos de los que son capaces de vender en este momento, un desequilibrio que daña tanto su capacidad de competir como su resultado neto, especialmente en momentos en que caen las ventas en Europa.
Este problema de sobrecapacidad y fábricas subutilizadas es uno que los fabricantes de automóviles han lamentado desde hace mucho tiempo, pero que ya no pueden pasar por alto. Fiat, PSA Peugeot-Citroen, Opel, Renault y la división europea de Ford están perdiendo dinero en el viejo continente, aun cuando las ventas en las economías emergentes como China ayudan a mantener solventes a las compañías.
«Si yo pudiera hacer sólo una cosa, probablemente sería crear un entorno laboral flexible para manejar suministro y demanda», dijo en Bruselas recientemente Marchionne, quien es además presidente de las Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles.
Se pronostica que la venta de automóviles este año en Europa disminuirá casi 5% a 12,9 millones de unidades, según el Centro de Investigación Automovilística, abajo de 15,7 millones en el 2000.
La demanda de autos en Europa se ha agotado en momentos en que la confianza de los consumidores se doblega ante la presión de las medidas gubernamentales de austeridad, del persistente y creciente desempleo y la profundización de la recesión en el sur del continente.
Además, la mayor parte de la demanda contenida del mercado fue absorbida durante las iniciativas de «dinero por chatarra» (descuentos en la compra de autos nuevos a cambio de vehículos viejos) que introdujeron varios gobiernos para ayudar a los fabricantes de vehículos en la crisis financiera de 2008. Los países con la mayor cifra de líneas de producción inactivas son Francia, Italia y España.
Ganar una ventaja competitiva con modelos nuevos atractivos y tecnología modernizada como la presente en los autos exhibidos en la Feria de Ginebra podría ayudar a encontrar una cura. Sin embargo, la medicina más amarga significará aplicar el hacha a las fábricas europeas, lo que se traducirá en pérdida de empleos.
«Existen demasiados autos y demasiadas marcas haciendo carros similares. Habrá montones de consolidaciones en el mercado europeo y cierre de plantas y consolidación de marcas», afirmó Tim Urquhart, analista de IHS Automotive.