El presidente mauritano, Mohamed Uld Abdel Aziz, indultó este miércoles a 35 islamistas encarcelados, condenados o en preventiva, por casos de terrorismo, la víspera de la fiesta del final del ramadán, anunció el ministro de Justicia.
Los presos pudieron abandonar la cárcel central de Nuakchot este mismo miércoles, a la ruptura del ayudo diario.
Los indultados son presentados como los más moderados entre los islamistas detenidos, que se comprometieron a «respetar el islam sunita tolerante» en un diálogo mantenido en la cárcel en enero pasado con teólogos comisionados por el Gobierno.
El ministro Abidin Uld Eljeir precisó en conferencia de prensa que el indulto presidencial beneficia a 35 hombres, 15 condenados y 20 en detención preventiva.
Según el ministro, las liberaciones conciernen a «casi el 50%» de los detenidos por terrorismo. Por lo tanto, quedarían más de 35 en la prisión de Nuakchot.
Mauritania intenta aplicar simultáneamente diferentes estrategias de lucha contra Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI), que ha multiplicado estos últimos años los ataques en su territorio y en el Sahel.
En una entrevista publicada a primeros de septiembre por el semanario Jeune Afrique, el presidente Uld Abdel Aziz declaraba respecto a los detenidos que habían expresado oficial su «arrepentimiento»: «Entendemos la situación de estos jóvenes. Están perdidos y fueron embarcados en combates que no les conciernen». Y añadía: «Indultarlos es algo que me compete como presidente.
El jefe del Estado reiteró en cambio que seguía «opuesto a excarcelación de presos a cambio de la liberación de rehenes».
Sin embargo, el 16 de agosto, Nuakchot extraditó a Bamako al maliense «Omar El Saharaui», condenado por la justicia mauritana por el secuestro de tres cooperantes españoles en noviembre de 2009. Dicha extradición fue interpretada como un gesto para ayudar a la liberación de los dos rehenes españoles restantes, que el AQMI liberó la semana siguiente.
El AQMI reivindicó recientemente un intento de ataque realizado el 25 de agosto por un joven kamikaze mauritano contra un cuartel militar de Nema (sureste de Mauritania).
En su reivindicación, el AQMI afirmó que ese atentado suicida era una respuesta al ataque franco-mauritano del 22 de julio contra una de sus unidades en territorio maliense.