La liberación bajo fianza de Luis Posada Carriles en El Paso (Texas, sur), a quien La Habana considera el «Bin Laden de América Latina», motivó una enérgica condena oficial y actos de protesta en Cuba por lo que se consideró «una trampa» de Estados Unidos.
«Todo eso es una trampa para no juzgarlo ni dejar que lo juzgue otro por terrorismo porque el juicio contra Posada sería un juicio contra Bush el pequeño y contra su papá (George Bush) que era el jefe de la CIA» en 1976, dijo el líder parlamentario, Ricardo Alarcón.
En una nota de la Sección de Intereses cubanos en Washington, el gobierno cubano condenó «enérgicamente» la liberación y responsabilizó «totalmente» a la administración de George W. Bush.
Estudiantes y miembros de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba se congregaron en la Tribuna Antiimperialista, frente a la misión diplomática de Estados Unidos en La Habana, para condenar la liberación del anticastrista de 79 años, excarcelado con una fianza de 350.000 dólares.
Unas 50.000 personas se concentraron -según cifras oficiales- en la ciudad Bayamo, 800 km al sureste de La Habana; en tanto que la Mesa Redonda, programa de televisión oficial, fue reprogramada este jueves bajo el título «la infame liberación del terrorista».
Los familiares de las víctimas de la voladura de un avión comercial cubano en 1976 -73 muertos-, por el que Venezuela pide en extradición a Posada Carriles, reaccionaron con consternación.
«Profundamente indignados. No esperábamos que lo soltaran porque tienen elementos suficientes para castigarlo por mentiroso y por terrorista. Están protegiendo al asesino de nuestros padres», dijo a la AFP Camilo Rojo, del Comité de Familiares de las Víctimas.
Camilo, hijo Jesús Rojo, funcionario de la línea Cubana de Aviación que murió en el atentado, calificó el hecho como una «falta de respeto para todas las víctimas del terrorismo no solo de Cuba sino del mundo».
«Venezuela no va a descansar, va a seguir insistiendo. Todo es un cinismo. Las llaves de la cárcel siempre las ha tenido la Casa Blanca y ahora las uso», dijo el abogado José Pertierra, de origen cubano y quien representa a Venezuela en el pedido de extradición.
Cuba le imputa también una cadena de atentados con bombas en hoteles cubanos en 1997, que provocó la muerte a un turista italiano y heridas a varias personas, así como preparativos para asesinar al presidente Fidel Castro.
El presidente Fidel Castro, quien a sus 80 años convalece de una crisis intestinal desde hace nueve meses, publicó un artículo de prensa el 11 de abril, en el que acusó a Bush de proteger y buscar «la libertad del monstruo terrorista».
Desde ese día hay mítines en centros de estudios, fábricas y otros centros de trabajo, y fueron colocados en varios sitios de La Habana pancartas en que se lee «Cuba lo declara culpable» y «Posada asesino».
El anticastrista, de nacionalidad cubana y venezolana, quedó libre a la espera de que sea juzgado el 11 de mayo por fraude migratorio y falso testimonio, por decir que entró ilegalmente a Estados Unidos por la frontera con México en 2005, cuando lo habría hecho en un barco.
Según sus abogados, Posada Carriles, viajó directamente a Miami, donde estará bajo arresto domiciliario en la residencia de su esposa en Florida.
El martes la Corte de Apelaciones de Nueva Orleans (Luisiana, sur) rechazó el pedido del Gobierno de Estados Unidos de mantener detenido a Posada Carriles, agotando los recursos para impedir su liberación a la espera del juicio.
El otro caso que enfrenta Posada Carriles en Estados Unidos es por su ingreso ilegal.
Familiares de las víctimas del sabotaje contra un avión de Cubana de Aviación en 1976 y estudiantes universitarios, iniciaron este viernes en La Habana una vigilia para «alertar al mundo» sobre el peligro que representa la liberación del terrorista anticastrista Luis Posada Carriles en Estados Unidos, según señalan en una declaración.
«Esta vigilia que comenzamos hoy es para alertar al mundo de la responsabilidad de la administración (de George W.) Bush por la liberación y protección al terrorista Posada Carriles», indica el texto, leído en un acto en el predio «Monte de las Banderas», frente a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.