La población indígena enfrenta mayores dificultades que la población no indígena frente al acceso de los servicios de salud, principalmente por aspectos geográficos, económicos y culturales como la discriminación.
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De acuerdo con el estudio «Barreras para el acceso de la población indígena a la planificación familiar», presentado esta mañana, los proveedores de estos servicios dudan de la capacidad de las mujeres para comprender la información sobre planificación familiar, debido a la procedencia rural y las prácticas culturales de este grupo.
«Uno les escribe su próxima cita y una fecha, pero se les olvida, no pueden contar tres meses y no pueden preguntarle a sus hijos que leen porque les da pena», este es uno de los comentarios de un proveedor de salud, recopilados por el estudio, donde se evidencia el prejuicios hacia las mujeres por ser analfabetas e indígenas.
El documento evidenció que algunos proveedores de salud no recomiendan ciertos métodos de planificación familiar a las mujeres por su condición de indígenas. «Principalmente, porque consideran que no los usarían correctamente. En especial cuando se trata de métodos naturales y las pastillas», aseguró Claudia López, consultora de USAID, quien financió la publicación.
Más de la mitad de los grupos de mujeres entrevistadas para la investigación reconoció haber recibido un mal trato y discriminación. «Â¿Por qué?, porque uno va con corte. Si yo fuera con pantalón o con vestido, me atenderían mejor. Así lo hacen, atienden mejor a las ladinas», dijo una usuaria de los servicios.
El contexto sociocultural, otra barrera
Según la doctora López, las comunidades consideran que las mujeres que usan planificación familiar pueden ser infieles y/o faltar a su rol dentro del matrimonio y la familia. «En más de la mitad de los grupos, las mujeres indígenas afirmaron que en sus comunidades se les critica el uso de planificación familiar especialmente por esta situación», señaló.
Por otro lado, las personas aún desestiman el beneficio sobre la salud y la vida de las mujeres que conlleva la planificación familiar, mientras que priorizan los «beneficios económicos para la familia».
Finalmente, se señala que la cultura patriarcal y el machismo limitan la autonomía de las mujeres para tomar decisiones sobre el uso de métodos de planificación familiar.
Según un estudio presentado esta mañana, sobre la percepción de las usuarias de servicios públicos de salud, existe una demanda insatisfecha de métodos de planificación familiar. En el área urbana se registra un 20% de mujeres en edad reproductiva (15-45 años) que no tienen acceso a esos servicios, mientras que en el área rural un 32%.
La investigación hecha por varias instancias nacionales e internacionales concluye que «las mujeres perciben limitaciones en el acceso y disponibilidad de los servicios, lo que podría influir en la decisión del uso de los métodos».
Jacqueline Lavidalie, coordinadora del Programa Nacional de Salud Reproductiva, dijo que esta situación redunda en el aumento de la mortalidad materna, embarazos no deseados y el aborto.
«Casi la mitad de las mujeres con demanda insatisfecha ha utilizado métodos modernos anteriormente, y entre las principales razones de abandono están los efectos secundarios y temores por desinformación», cita el estudio.
Recomendaciones
Lavidalie dijo que la readecuación de las estrategias de información es necesaria, ya que esta debe ser más personalizada. También recomendó la sensibilización del personal para que comprendan que las mujeres tienen derecho a recibir información completa y ajustada a su nivel educativo.
Finalmente, urgió que se ponga especial interés para informar a la población joven sobre la oferta, servicios y métodos de planificación familiar, ya que las mujeres adolescentes (15-19 años) son quienes menos conocen sobre estos servicios de salud, según el estudio sobre «opiniones de las usuarias de servicios públicos de salud».