Un total de 20 integrantes de dos de las violentas pandillas fueron capturados y condenados el sábado pasado a cumplir entre 13 y 18 días de trabajo forzado en una lejana población indígena al norte de la capital.
«No pretendemos matarlos, pero sí hacerlos entrar en razón para que no sigan perjudicando a las personas honradas que han sido víctimas de asaltos, asesinatos y extorsiones», comentó el alcalde del municipio de San Juan Cotzal, José Pérez Chen, en alusión a que no pretenden lincharlos.
Pérez Chen dijo a la prensa que los pandilleros admitieron su responsabilidad en asesinatos, asaltos y extorsiones después que fueron capturados por integrantes de las llamadas Juntas Locales de Seguridad Ciudadana, organizadas en ese municipio.
De acuerdo con la información, los detenidos son nueve miembros de la poderosa Mara 18 y once de su antagónica Mara 13. El castigo forma parte del derecho consuetudinario de los pueblos mayas que existen en esta nación.
El trabajo comunitario consiste en cargar sacos de piedra cuyo peso oscila entre 23 y 46 kilos durante 18 días a los miembros de la Mara 18 y trece a los de la Mara 13, en relación al número de su pandilla, detalló el jefe edil.
El alcalde dijo que los pandilleros fueron capturados uno por uno al ser delatados por sus compañeros, y luego llevados a la plaza central de la comunidad, donde, frente a los pobladores, que sirvieron de testigos, les impusieron el castigo.
Asimismo, Pérez Chen dijo que los capturados permanecerán recluidos en las antiguas cárceles del pueblo, de donde saldrán cada día para cumplir con el castigo que la población les impuso.
El funcionario aseguró que en ese municipio, uno de los más golpeados durante la guerra civil que vivió Guatemala durante 36 años (1969-1996), operan en la actualidad unos 300 pandilleros.
Según el jefe edil, en lo que va del año suman unos 150 los fallecidos en enfrentamientos protagonizados por pandilleros.